Las quemaduras con vapor y agua caliente, también llamadas «escaldaduras», son uno de los accidentes más comunes en el hogar. A simple vista, parecen no afectar mucho al tejido; sin embargo, pueden causar graves daños. Debido a esto, es primordial conocer su tratamiento.
Cuando pensamos en quemaduras, lo primero que nos viene a la mente son aquellas producidas por fuego. Pero, como lo exponen los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), de todos los pacientes hospitalizados por estas lesiones en los Estados Unidos, entre el 33 % y 58 % son producto de escaldaduras.
En términos generales, existen diversos tipos de quemaduras de acuerdo a la profundidad de las mismas. En este sentido, pueden ir desde el primer grado hasta tercer grado, siendo este último el nivel más severo y donde se pueden afectar los tejidos profundos como los músculos y nervios.
¿Cómo ocurren las quemaduras con vapor y agua caliente?
La mayoría de las escaldaduras ocurren en el hogar al realizar algunas tareas cotidianas. Cuando el agua alcanza su punto de ebullición, la misma se transforma en vapor. En este proceso, las partículas se vuelven más pequeñas, pero mantienen una temperatura que ronda los 100 °C.
Por ello, tanto el agua caliente como el vapor son capaces de causar quemaduras muy severas. De hecho, según la Asociación Española de Pediatría, el agua caliente a 60 °C puede provocar una quemadura de tercer grado en un niño, en solo 3 segundos.
A menudo, las quemaduras ocurren durante la cocción de alimentos. En particular, se dan al manipular objetos de uso cotidiano como las teteras, las vaporeras o las ollas a presión. Dado que cuando el agua se convierte en vapor expande el área que ocupa, suele salir con cierta presión del recipiente que lo contiene. En consecuencia, aumenta el daño generado en el tejido.
Los CDC detallan que las áreas del cuerpo más afectadas por las escaldaduras son los brazos y las manos con un 42 % de incidencia, mientras que en segundo lugar se encuentran los pies y las piernas. Esto tiene relación con el mecanismo de producción, ya que pueden generarse por el derramamiento de líquidos calientes.
Síntomas de las quemaduras por vapor y agua caliente
Los síntomas generados por este tipo de quemaduras pueden variar de acuerdo a la profundidad de la misma. En todos los casos existirá dolor o ardor en la zona afectada, ya que habrá un daño directo en el tejido que entró en contacto con el agua o el vapor.
Cuando se está ante la presencia de una quemadura de primer grado, además del ardor correspondiente, tan solo habrá un enrojecimiento del área afectada y una posible tumefacción. En estos casos, solo está afectada la capa superficial de la piel, por lo que el daño será poco.
Por otro lado, si el agua caliente o el vapor causó una quemadura de segundo grado, aparecerán ampollas o flictenas en la zona afectada. Esto se debe a que el calor penetró las capas más profundas de la piel y ocurrió una separación de las mismas como un mecanismo de defensa del cuerpo.
Para finalizar, en las quemaduras de tercer grado se pueden observar ampollas y zonas donde el tejido profundo se encuentra expuesto. Además, puede haber una limitación funcional del área afectada debido a un daño en las fibras nerviosas.
Primeros auxilios para las quemaduras por vapor y agua caliente
Debido a la frecuencia de las quemaduras por vapor y agua caliente, resulta imperativo conocer los primeros auxilios y saber qué hacer cuando estas ocurran. Tomar las medidas adecuadas de forma inmediata puede limitar el daño sufrido y evitar complicaciones. ¿Qué tener en cuenta?
Alejar a la persona de la fuente de calor
Lo primero que se debe hacer ante cualquier tipo de quemadura es retirar a la persona de la fuente de calor y ponerla en un lugar seguro. Esto evitará que se puedan lesionar zonas que aún no se encuentran afectadas.
Enfriar la herida y retirar la ropa que esté en contacto
Una vez la persona se encuentre a salvo, se debe proceder a enfriar la herida. Para ello, lo mejor es sumergir la zona afectada en agua templada durante 20 minutos. De esta manera, se estará enfriando el tejido y se evitará que la quemadura progrese. Bajo ninguna circunstancia se debe aplicar hielo, ya que el frío puede causar más daño.
Luego de enfriar la herida, se debe retirar cualquier prenda de ropa o joyería que esté en contacto con el área afectada. En este caso, lo mejor suele ser cortar la prenda para evitar algún daño. Si por algún motivo la ropa está adherida a la piel, no se deberá retirar.
Cubrir la zona afectada
Luego de retirar todas las prendas de ropa es conveniente humedecer una gasa estéril o un paño y cubrir la superficie afectada. Si el área quemada no es muy extensa, se puede hacer un vendaje que no comprima tanto la extremidad para brindar mayor protección.
En este punto, si el dolor es intenso, se pueden usar analgésicos como paracetamol o ibuprofeno con la finalidad de disminuirlo. Cuando se trata de quemaduras extensas, la temperatura corporal puede disminuir. Debido a esto, hay que procurar mantenerla dentro de los valores normales.
No reventar ampollas ni aplicar sustancias sobre la quemadura
Bajo ninguna circunstancia de deben reventar las ampollas que aparezcan. Este procedimiento solo debe ser realizado por personal médico en caso de ser necesario. Al drenar las ampollas hay un alto riesgo de infección y complicaciones de la lesión.
Por otro lado, tampoco es recomendable aplicar crema dental, café, mantequilla, ni otra sustancia sobre el área afectada, ya que también puede favorecer a una infección bacteriana. El uso de cremas y ungüentos debe realizarse bajo estricta supervisión médica.
¿Cuándo acudir a un médico?
En la mayoría de las ocasiones, las quemaduras por vapor y agua caliente son de primer o segundo grado, por lo que no suele ser necesaria la asistencia médica. En estos casos, seguir las recomendaciones mencionadas anteriormente es suficiente para lograr una recuperación satisfactoria.
No obstante, se debe acudir al médico de forma inmediata si el área afectada es muy grande o si se trata de una quemadura de tercer grado. Estas quemaduras son graves, sobre todo en niños, y pueden poner en riesgo la vida de la persona.
Otras situaciones en las que se debe acudir al médico en caso de quemaduras son las siguientes:
Aumento del dolor, enrojecimiento o inflamación.
Fiebre mayor a 38 °C.
Presencia de líquido purulento en la herida.
Difícil cicatrización de la herida.
Si están afectados los ojos o las vías respiratorias.
Diversos estudios exponen que entre el 30 % y el 40 % de los pacientes con escaldaduras son menores de 15 años. En estos casos, siempre es recomendable llamar al servicio de urgencias, ya que los niños suelen ser menos resistentes a este tipo de lesiones y pueden verse más afectados que un adulto.
Cuidado con los niños
Por desgracia, los niños están entre los más afectados por las quemaduras con vapor y agua caliente. Esto puede deberse a la naturaleza curiosa de los mismos. En este sentido, es de vital importancia mantenerlos fuera de la cocina, sobre todo durante la cocción de los alimentos. Este simple acto puede prevenir una gran cantidad de accidentes.
Además, se aconseja tener cuidado durante el baño de los pequeños y que la temperatura del agua no exceda los 50 °C. Para ser más específicos, debería estar en el rango de los 38 °C, según lo que recomienda la Clínica Mayo. Es importante recordar que la piel de los niños es mucho más sensible y son propensos a sufrir lesiones graves, incluso durante poco tiempo de exposición.