La eutanasia está de completa actualidad y es que la semana pasada la ley de la eutanasia terminó por publicarse en el BOE, esperando que entre en vigor en los próximos días. Dicha ley se llegó a aprobar no sin la oposición de muchos políticos que estaban totalmente en contra de la misma.

Sin duda, es un tema que genera continua controversia debido a los detractores de la misma y aquellos que están a favor de dicha práctica. La eutanasia puede ser entendida como un hecho de acción u omisión que busca la muerte de tipo indolora de enfermos considerados como incurables. La eutanasia la lleva a cabo el personal sanitario de una manera intencionada y con el fin de liberar al enfermo de tal carga. Acto seguido vamos a hablarte de los tipos de eutanasia que hay y de las características de cada una de ellas.

Clases de eutanasia
Según los medios que se emplean a la hora de llevar tal acción, la eutanasia puede ser activa y pasiva. En el primer caso se realiza una determinada acción con el fin de provocar la muerte de la persona. En el segundo caso se omite una serie de medios que son esenciales para que la persona siga con vida con el objetivo de causar la muerte.

Según lo pida la persona enferma, la eutanasia puede ser voluntaria e involuntaria. Hay que decir que en la eutanasia la acción siempre viene causada por otras personas, por lo que se puede considerar como un homicidio con unas características especiales.

Qué casos no son considerados eutanasia
Si el enfermo terminal recibe fármacos para aliviar los dolores y su ingesta puede ayudar a acortar la propia vida, no se puede considerar eutanasia.

Tampoco puede considerarse eutanasia cuando se produce la retirada de medios desproporcionados para prolongar de manera artificial la vida de dicho enfermo. Los médicos son los encargados de valorar los medios que pueden considerarse como proporcionados o desproporcionados.

Clases de enfermos
El término de eutanasia se refiere la gran mayoría de veces a los enfermos de tipo terminal o incurables. Se trata de personas que no pueden superar una enfermedad en concreto, siendo imposible que mejoren, llegando a tener una muerte segura.

El plazo de vida puede variar aunque al ser terminal, el tiempo no suele superior al año. En esta clase de enfermos, el objetivo desde el punto de vista médico no es otro que el de aliviar los síntomas hasta que se produzca el fatal desenlace.

Los enfermos que son terminales y que no tienen cura, suelen ser el objeto principal de la práctica de la eutanasia aunque no son los únicos. Aparte de estos enfermos, hay otros que suelen estar incluidos dentro de la citada eutanasia. Se trata de los enfermos en estado vegetativo persistente. Son personas que son incurables y que están totalmente incapacitados para cualquier cosa, llegando a estar en coma irreversible.

En definitiva, la eutanasia siempre ha sido objeto de debate desde que se puso encima de la mesa. Hay una lucha sin cuartel entre las personas que abogan por el derecho a la vida y entre aquellas personas que defienden una muerte digna. A día de hoy son muchos los países en los que la eutanasia se practica de una manera legal, con una serie de características específicas. Es algo que está ahí y que no se puede obviar por la gravedad del asunto. Desde hace unos días, la ley de la eutanasia se publicó en el BOE, esperando que en pocos días puede entrar en vigor dentro de nuestra legislación. La verdad es que se trata de un tema bastante serio que siempre va a dividir a la sociedad.