La luz es un fenómeno complejo. La misma está compuesta por una serie de ondas diferentes que varían en emisión de energía. Algunas de ellas, como la luz azul, se perciben, aunque no notemos su color.

Aproximadamente un tercio de las ondas visibles para el ser humano son luz azul. Son de alta frecuencia y energía, y se piensa que las mismas, al incidir sobre el ojo, podrían tener efectos adversos.

Para evitar tales consecuencias negativas, se sugiere el uso de lentes con filtro. Pero ¿son tales filtros efectivos o, aún, necesarios? Incluso ¿es en realidad dañina la luz azul? Responderemos estas preguntas a lo largo del artículo.

Diferentes fuentes de luz azul

Aunque no es la única, el sol es la principal fuente de luz azul. Por ello, el cielo sin nubes se ve de este color. Y al estar al aire libre, durante el día, nos exponemos a dichas ondas de manera casi constante.

Además, hay muchas otras fuentes que encontramos en interiores y que son producto de la mano del hombre; entre estas tenemos las que se enumeran a continuación:

Las luces fluorescentes.
Las lámparas LED.
Todos los televisores de plasma, LCD, LED, smart.
omputadores portátiles y monitores de computadora.
Teléfonos inteligentes.
Tabletas.
Dispositivos de videojuego.

 

Casi sin excepción, todas las pantallas de visualización de los equipos electrónicos emiten luz azul. Y aún cuando la cantidad de energía de estos es relativamente poca, si la comparamos con el sol, el asunto es que, según los resultados de las encuestas, la mayoría de las personas interactúan durante casi diez horas con diversos dispositivos y los mantienen muy cerca de sus ojos.

¿Por qué se considera que la luz azul es dañina?

Sabemos que la radiación ultravioleta (UV) produce daños a la salud; pero no conocemos del todo los efectos que pueden causar las demás frecuencias de onda.

Afortunadamente, la córnea y el cristalino bloquean de manera efectiva los rayos UV y evitan que la mayor parte llegue a la retina. De hecho, menos del 1 % logra pasar, aún sin necesidad de gafas.

No obstante, el caso con la luz azul es otro, ya que esta sí atraviesa sin oposición. Se puede decir que prácticamente toda la luz azul llega a la retina.

Con respecto a los posibles efectos en la vista, es cierto que los aparatos electrónicos digitales la emiten, pero por sí solas las pantallas de los dispositivos no tendrían un efecto tan significativo.

Con respecto a si esta causa fatiga o genera algún otro problema, no hay acuerdo entre los investigadores, ya que puede haber diversos factores involucrados que pueden afectar al ojo. Entre estos se tienen:

Las pantallas podrían causar fatiga porque se pasa demasiado tiempo sin cambiar de enfoque;
Al mirar demasiado cerca, se fuerzan los músculos oculares;
Puede haber otras fuentes (lámparas, una ventana) que causen deslumbramiento y hacen que los ojos se cansen.
Hasta ahora, se tiene claro, según las evidencias encontradas en las investigaciones, que la luz azul incide en diversas funciones fisiológicas, entre las cuales se encuentra el sueño.

Por tal motivo, al momento de dormir debe evitarse ver televisión, el teléfono o leer en tablet, ya que se puede afectar la conciliación del sueño, pues la luz azul guarda relación con los ritmos circadianos.

¿La luz azul de las pantallas realmente puede afectar la visión?

Es oportuno recordar que la luz azul es de alta energía, tal como se mencionó; pero además tiene una longitud de onda relativamente corta. Por ende, se dispersa fácilmente, sobre todo cuando hay otra fuente.

Esto significa que, cuando estamos tratando de ver una pantalla, ajustamos nuestra visión constantamente al tratar de enfocar, lo que contribuiría a incrementar la fatiga ocular.

Por otra parte, estudios de laboratorio realizados con animales así como experimentos de cultivo han demostrado que la luz visible de longitud de onda corta puede inducir daño fotóxico de la retina.

En este sentido, la exposición permanente a la luz azul podría afectar células sensibles en la retina, generar efectos semejantes a los de la degeneración macular y causar una eventual pérdida de la visión que podría llegar a ser permanente.

Sin embargo, en otros estudios en los que se evaluaron diversas fuentes, al comparar con los límites establecidos y con lo que se recibe al mirar el cielo, no se encontró evidencia de que alguna de las fuentes se acercara a límites peligrosos para la salud, incluso con tiempos de visualización prolongados.

Si bien muchos profesionales de la salud visual expresan preocupaciones por el uso abusivo de las pantallas electrónicas, se necesita mucha más investigación para determinar cuál es el límite de tolerancia de la luz azul artificial para el ojo humano.

¿Cómo funcionan los lentes con filtros de luz azul?

Hay personas que deben usar constantemente aparatos electrónicos; por ejemplo, quienes realizan teletrabajo. Para ellas existen opciones como usar filtros para luz azul en las pantallas de los dispositivos.

Dichos filtros se pueden adquirir en el mercado y se adaptan a monitores de computadoras, así como a tabletas y smartphones. Los mismos reducen la cantidad de luz azul emitida de manera significativa y sin afectar la visibilidad del aparato.

También hay lentes que cumplen la misma finalidad al reducir la emisión o lo que se recibe, ya sea de los aparatos o del sol. Estas son gafas sin gradación. Si la persona usa lentes correctivos, puede solicitar que los mismos tengan tal protección. Aunque los revestimientos antirreflejo, como los cristales fotocromáticos, reducen en parte el brillo de las pantallas y bloquean parte de la luz azul.

¿Son útiles los lentes con filtro de luz azul?

Los estudios sobre el tema muestran resultados en ambos sentidos. Hay opiniones a favor y en contra del supuesto beneficio del uso de lentes con filtros de luz azul. No parece haber aún evidencia concluyente y generalizada acerca de que tales filtros, sean en pantallas o en gafas, reduzcan la fatiga visual; sobre todo si se toma en cuenta que la luz azul no es la única causa de tal problema.

No obstante, el uso de los filtros al ver dispositivos o exponerse a la luz del sol podría considerarse como una opción, junto con otras medidas, para ayudar a disminuir o prevenir el deterioro a largo plazo.

La luz azul no es negativa en su justa medida

¿Por qué no bloqueamos todas las fuentes de luz azul que hay a nuestro alrededor? Esto no sería posible ni deseable por variadas razones. Para comenzar, obviamente no podemos eliminar el sol. Además, no toda o no siempre la luz azul es dañina.

Sus efectos positivos están relacionados con el funcionamiento cognitivo, la memoria e, incluso, incide en el ánimo. Por ejemplo, en el caso del llamado trastorno afectivo estacional, se utiliza como terapia la exposición a una lámpara que emite luz HEV.

Así que no es necesario eliminar esta clase de luz. Pero sí es conveniente tomar precauciones para reducir la fatiga visual, tales como: descansos regulares (5 minutos por cada media hora), no acercarse demasiado al dispositivo, ajustar la configuración de brillo y tamaño de letra o imagen, entre otras.