La malnutrición puede derivar en el desarrollo de enfermedades crónicas, motivadas por el aporte inadecuado de nutrientes. Es importante satisfacer los requerimientos para asegurar que el organismo funciona como debería, manteniendo un equilibrio en el medio interno.

Con este objetivo resulta fundamental el planteamiento de una dieta variada y equilibrada desde el punto de vista calórico. Ahora bien, unas veces por difícil acceso a los alimentos, y otra por errores en la confección de la pauta dietética, se puede caer en una situación de malnutrición dañina para el organismo.

¿Qué es la malnutrición?

Lo primero que hay que tener claro es el concepto de malnutrición, que no siempre coincide con el de desnutrición. En este último caso hablamos de ineficiencias en el aporte calórico y nutricional, mientras que en el primero se pueden generar déficits de nutrientes esenciales aun satisfaciendo las necesidades energéticas diarias.

Por este motivo, existe bastante gente que desarrolla malnutrición y no es consciente de ello, ya que muchos de los síntomas aparecen a medio plazo. No tiene por qué variar de forma significativa el estado de composición corporal en este estado, aunque también puede hacerlo.

Un ejemplo de malnutrición sería un déficit crónico de hierro que derive en una anemia, según un estudio publicado en The Medical Clinics of North America.

Ahora bien, vamos a comentar los diferentes tipos de malnutrición que se pueden experimentar.

Desnutrición

En este caso existe un déficit energético que provoca una pérdida de peso y de masa muscular progresiva. El problema se agrava cuando tampoco se cubren los requerimientos proteicos, ya que en tal situación se incrementa el riesgo de desarrollar sarcopenia y problemas funcionales. Así lo evidencia una investigación publicada en Journal of Bone Metabolism.

Sobrepeso

Es posible que se genere el escenario opuesto, es decir, que se consuman muchas más calorías de las necesarias, lo que también repercute de forma negativa sobre el estado de salud. Aquí se alteraría la composición corporal ganando cada vez más masa grasa. Cabe recordar que el sobrepeso se asocia con una incidencia mayor de las patologías crónicas.

Déficit de micronutrientes

Aun planteando una dieta que sea capaz de resultar balanceada desde el punto de vista energético, es posible incurrir en déficits a nivel nutricional que condicionen el estado de salud. Un ejemplo es el ya comentado del hierro, que puede originar una anemia bien por problemas en la ingesta o por una malabsorción.

Sucede algo parecido con el calcio, un mineral determinante para la salud ósea. Un consumo inadecuado del mismo, y el mantenimiento de un nivel de vitamina D bajo, pueden condicionar la aparición de la osteoporosis. Así lo indica un estudio publicado en Nutrients.

Asimismo, se pueden experimentar problemas de salud en el corto plazo por una ingesta insuficiente de ciertas vitaminas. El caso más evidente es el del escorbuto, originado por un déficit de vitamina C.

Está claro que no cubrir los requerimientos de cada micronutriente genera una serie de consecuencias negativas. Por ello es importante evitar las dietas restrictivas en cuanto a alimentos, ya que su planteamiento se vuelve complejo y suele ser difícil asegurar un aporte óptimo de vitaminas y de minerales.

Problemas de salud relacionados con la malnutrición

A parte de las situaciones comentadas, normalmente asociadas a un déficit nutricional concreto, hay que destacar el impacto a nivel de salud que tiene la malnutrición en general. Es posible que se experimenten los siguientes problemas.

Ineficiencias en el funcionamiento del sistema inmunitario

El hecho de no satisfacer los requerimientos de vitamina C, de vitamina D y de zinc afecta de forma negativa al funcionamiento del sistema inmunitario, según algunos estudios.

La diferenciación de las células de la serie blanca no se completa como debería, lo que vuelve al organismo más susceptible de recibir infecciones.

Problemas intestinales

La microbiota intestinal es una de las grandes afectadas cuando se incurre en una situación de malnutrición, según estudios.

En estos casos se pierden densidad y diversidad bacterianas, lo que genera problemas metabólicos y de absorción de nutrientes. Asimismo, se deja espacio para que microorganismos oportunistas patógenos colonicen, causando una sintomatología desagradable.

Desarrollo de enfermedades crónicas

Algunos de los micronutrientes que aparecen en la dieta diaria cuentan con un efecto antioxidante. Son capaces de neutralizar la producción de radicales libres, impidiendo así que se acumulen en los tejidos. Esto reduce el riesgo de desarrollar patologías complejas, tal y como afirma una investigación publicada en Advances in Nutrition.

Si el aporte de antioxidantes en la dieta no es el correcto, es más probable que a medio plazo se sufran problemas de salud crónicos. Las enfermedades cardiovasculares serían un buen ejemplo.

Alcance del problema

Como ves, la malnutrición, por defecto de nutrientes o por exceso de calorías, constituye un peligro para la salud. Los efectos pueden no manifestarse a corto plazo en algunas ocasiones. Sin embargo, con el paso del tiempo se empezarán a generar una serie de ineficiencias a nivel fisiológico que condicionarán el buen funcionamiento del organismo.

Por este motivo es fundamental plantear una dieta equilibrada y variada. Hay que tratar de mantener un estado de composición corporal óptimo y de cubrir los requerimientos diarios de nutrientes.

La malnutrición, un problema más frecuente de lo que parece

Por desgracia, en el mundo occidental cada vez más personas sufren malnutrición. Bien por desinformación o por dejadez, es habitual encontrar dietas monótonas y escasas en nutrientes de calidad. El reflejo es el incremento anual de patologías crónicas y complejas.

Para evitar tal situación hay que focalizar la atención en los hábitos de vida saludables, ya desde las primeras etapas de la vida. A pesar de que la malnutrición como tal se puede corregir, es mejor no llegar ya a esta circunstancia, pues podría dejar secuelas.