El raspado endometrial, también conocido como «scratching endometrial», es una intervención mínimamente invasiva en la que se induce una lesión en la capa interna del útero (endometrio) con el objetivo de promover su regeneración para aumentar su receptividad durante el proceso de implantación embrionaria.
Es uno de los procedimientos empleados en la reproducción asistida para aquellas mujeres que no logran el embarazo por fallos repetidos durante la implantación. Aun así, no está exento de efectos secundarios y sus beneficios se siguen discutiendo. Veamos en detalle en qué consiste.
¿Cuándo está indicado el raspado endometrial?
En la actualidad, el raspado endometrial está indicado en mujeres que se han sometido al menos a dos ciclos de fertilización in vitro y han sufrido de fallos de implantación repetidos. Es decir, que a pesar de tener embriones de buena calidad, el proceso de transferencia embrionaria ha fallado.
Es posible que el problema tenga que ver con la comunicación entre el embrión y el útero, puesto que no se detectan anomalías en los óvulos o los espermatozoides.
Procedimiento del raspado endometrial
Durante el raspado endometrial se hace una ligera lesión o ‘ raspado’ en la capa mucosa que recubre el interior del útero, es decir, el endometrio. Allí es donde se implanta el embrión. La intervención es segura, sencilla y no dura más de media hora.
Suele realizarse en una consulta ginecológica mediante una biopsia endometrial, o bien, a través de una histeroscopia cuando se quiere visualizar más a fondo la estructura uterina y descartar posibles causas de fallos en la implantación embrionaria.
En el proceso se introduce un catéter flexible de 3 milímetros de espesor, mediante el orificio del cuello uterino, para raspar el endometrio. Este es similar al que se usa para la implantación de embriones.
Cuando se realiza mediante histeroscopia se puede visualizar el interior del útero. En este caso, se introduce un endoscopio que permite no solo raspar las paredes, sino también mediante su cámara buscar pólipos, adherencias o malformaciones anatómicas.
¿Cuándo debe programarse?
La recomendación es realizar el raspado endometrial en la mitad de la fase lútea del ciclo que precede a la transferencia embrionaria. Es decir, alrededor del día 21 del ciclo menstrual en una mujer regular o una semana antes de la fecha probable de inicio de la menstruación del ciclo en el que se tiene planificado hacer la transferencia embrionaria.
La transferencia embrionaria puede ser de embriones fecundados con un óvulo y un espermatozoide de la pareja o por la donación de embriones.
¿Qué hay que tomar en cuenta al finalizar el procedimiento?
Una vez finalizada la intervención, la recomendación es evitar tener relaciones sexuales la misma noche. Además, hay que evitar el uso de tampones o copa menstrual durante el sangrado posterior al procedimiento.
¿Cómo funciona el raspado endometrial?
El mecanismo por el que el raspado endometrial aumenta las posibilidades de implantación embrionaria aún no está claro. No obstante, se sugiere que el inducir una lesión en el endometrio provoca una respuesta inflamatoria que favorece la regeneración del tejido, lo que mejora la conexión entre el endometrio y el embrión.
Dicha reacción provoca la liberación de factores de crecimiento, diferentes sustancias químicas y algunas hormonas que favorecen la reparación del epitelio. Sumado a esto, se cree que puede activar genes responsables de la implantación.
Efectos adversos de la intervención
El raspado endometrial, al ser una técnica mínimamente invasiva, se considera segura. En general, tiene muy pocos efectos adversos. Es frecuente que se presente sangrado leve después de la intervención, así como calambres abdominales similares a los experimentados durante la menstruación.
Por otro lado, en casos muy raros, puede producirse infección de la zona pélvica o una perforación uterina incidental. Lo más importante es descartar embarazo con la búsqueda del saco gestacional por ecografía transvaginal, ya que el raspado endometrial provocaría un aborto espontáneo en caso de estar embarazada.
Controversias sobre la intervención
En 2021 fue publicada una revisión de múltiples estudiaos a través de Cochrane, en la que los autores concluyeron que no hay evidencia suficiente para sustentar el uso del raspado endometrial como método para aumentar la tasa de embarazos clínicos.
Por anterior, no se recomienda que se ofrezca de forma rutinaria a mujeres que serán sometidas al procedimiento de fertilización in vitro.
No existe evidencia suficiente que avale que existe una diferencia estadísticamente significativa en los aumentos de tasa de embarazo clínico y de natalidad cuando se usa.
A lo largo de los años se ha sugerido que puede aumentar la implantación embrionaria. Sin embargo, se ha determinado su efectividad solo en las tasas de mujeres con fallo de implantación previos.
De todos modos, al ser un procedimiento poco invasivo, seguro y económico, se sigue considerando una alternativa, sobre todo en parejas en países en vía de desarrollo, o tras dos o más intentos de fertilización in vitro fallidos.
¿Qué hay que recordar?
Ahora mismo, las opciones de reproducción asistida son variadas y se pueden ajustar a las necesidades individuales. Por eso, antes de optar por un raspado endometrial, conviene investigar sobre sus beneficios y desventajas. Lo ideal es resolver todas las dudas de la mano del profesional en ginecología.