Seguro ya estás cansado de escuchar anglicismos y palabras extrañas que tratan de categorizar el comportamiento humano. Sin embargo, más allá del nombre que se le dé, lo cierto es que el breadcrumbing es una dinámica muy dañina y de la que cada día más personas son víctimas. De hecho, es probable que tú mismo lo hayas sufrido o hayas llegado a practicarlo con alguna pareja.
Este es un término que proviene del inglés breadcrumbs (“migas de pan”). Designa la tendencia de algunas personas a ofrecer solo migajas emocionales, dejando a la otra parte hambrienta, confusa y enganchada a la relación. ¿Te suena este patrón de comportamiento?
¿Qué es el breadcrumbing?
El breadcrumbing es una estrategia empleada en el establecimiento de vínculos románticos que ha cobrado auge en los últimos tiempos. En especial, tiene lugar en las relaciones en línea, a través de aplicaciones de mensajería, redes sociales o webs de citas, pero puede trasladarse al mundo real.
La persona que lo practica tiende a ofrecerle a la otra parte la atención necesaria para mantenerlo pendiente, pero no la suficiente para que la relación avance o se materialice. Así, puede mostrarse amable e interesada en ocasiones, aunque luego desaparece, descuida el vínculo o se muestra indiferente.
Algunas de las conductas asociadas al breadcrumbing pueden ser las siguientes:
La persona da like a las publicaciones o fotografías del otro, pero no responde a sus mensajes
Algunos días se muestra interesada y conversadora, pero después pasa días o incluso semanas sin responder
Parece dispuesta a tener encuentros en persona, acudir a citas o realizar planes, pero los cancela o pone excusas
Es ambigua y vaga en sus mensajes. Cuando se le propone avanzar de algún modo en la relación, responde con evasivas.
Evita hablar de sentimientos y es reacia a esclarecer lo que está ocurriendo entre ambos.
A pesar de todo, no renuncia al vínculo ni rompe definitivamente. Establece una dinámica de tira y afloja, dando una de cal y una de arena, lo que mantiene pendiente a la otra parte.
¿Por qué las personas aplican el breadcrumbing?
A simple vista, esta estrategia parece no tener mucho sentido, pues nunca se llega a consolidar una relación verdadera. ¿Por qué alguien actuaría de este modo?
Si no tiene interés en mantener un vínculo con el otro, ¿por qué ofrece estas migajas emocionales y crea falsas ilusiones? La respuesta a estas cuestiones no es sencilla, ya que pueden influir diversos factores. Los siguientes son los más frecuentes.
Rasgos narcisistas de personalidad
Es común que quienes aplican el breadcrumbing presenten ciertos rasgos de personalidad narcisista. Son personas excesivamente centradas en sí mismas, en sus deseos y necesidades, que no dudan en aprovecharse de otros para lograr sus objetivos.
Adoran ser perseguidos y adulados y no tienen en cuenta cómo esta dinámica puede hacer sentir al otro. Simplemente, disfrutan en el refuerzo de su ego y la estrategia les permite hacerlo sin tener que involucrarse.
Inseguridad y necesidad de gustar
Es frecuente también que tras este comportamiento exista una fuerte inseguridad, una baja autoestima y una necesidad de reconocimiento. Muchas personas no desean formar una pareja con el otro, pero necesitan sentirse deseadas y atendidas para reafirmar su valor.
En la era de los likes y el amor líquido, hay quienes se vuelven adictos a este reconocimiento externo y sufren cuando no lo consiguen. De algún modo, sustentan su valía en la capacidad para generar interés en otros; de tal modo, pueden incluso establecer esta dinámica con múltiples personas a la vez y dedicar un tiempo cada día a mantenerlas enganchadas sin tener deseos de ir más allá con ninguna de ellas.
Deseo de tener un plan B
En otras ocasiones, el breadcrumbing se aplica cuando se desea tener un plan B, una persona de repuesto que se sepa que siempre va a estar disponible. Puede que se tengan otros intereses románticos, pero no se desea renunciar a esta red de seguridad que proporciona la víctima. Sabe que siempre habrá alguien dispuesto a seguirle ofreciendo la atención que busca si su primera opción no sale bien.
Dificultades de gestión emocional y falta de asertividad
Por último, cabe mencionar que esta estrategia no siempre se aplica de forma consciente y deliberada ni con la intención de dañar. En ocasiones, se trata de una falta de asertividad, en la que la persona no sabe cómo zanjar la situación, no quiere herir al otro o trata de evitar el conflicto y el enfrentamiento.
Es posible que ni ella misma sepa lo que quiere y desea, y no se haya percatado de que no quiere ir más allá. Entonces, es su propia confusión y su mala gestión emocional la que le lleva a involucrar a otro en esta dañina situación.
Límites y amor propio para evitar el breadcrumbing
Como puedes imaginar, recibir solo migajas emocionales resulta muy dañino para la autoestima y el bienestar emocional. Cuando nos aplican esta estrategia, sin darnos cuenta, quedamos enganchados por el refuerzo intermitente a una persona que no nos quiere ni nos valora y en una situación que no va a avanzar.
Así, podemos pasar meses sumidos en la confusión, en la frustración y en el sentimiento de culpa. Y es que es común que la víctima sienta que está haciendo algo mal y que por esto la relación no prospera. Aun así, alberga la esperanza de que pronto todo cambiará.
Si quieres evitar ser presa de esta situación, es fundamental que trabajes en tu autoestima y en tu amor propio. Suele ser el miedo a la soledad, la dependencia emocional y la necesidad de tener pareja o ser vistos por otros lo que nos lleva a aceptar estas migajas de amor. Si conoces tu valía y aprendes a darte por ti mismo lo que necesitas, no cederás a estos juegos injustos.
En caso de que ya estés inmerso en una dinámica de breadcrumbing, es importante que tomes consciencia de lo que está ocurriendo y te decidas a poner límites. Exprésale al otro de forma asertiva lo que piensas, lo que quieres y necesitas y manifiesta tu necesidad de un cambio.
Si este no se produce, sabrás que la mejor decisión es abandonar ese vínculo. No te dejes atrapar por la esperanza de lo que podría ser y céntrate en los hechos objetivos para evaluar si esta relación te conviene.
Por supuesto, si sientes que esto se te dificulta en exceso o que no eres capaz de decir “basta”, no dudes en buscar apoyo profesional. Este te será de utilidad para gestionar las emociones y el posible duelo que la pérdida de esa persona y esa relación insana pueden desencadenar.