Una de las preocupaciones de las personas con hipertensión es qué pueden comer todos los días sin poner en riesgo su salud, pues normalmente los niveles de la presión pueden variar de un momento a otro y con ello traer síntomas que ocasionan malestar, como es el caso de dolores de cabeza, problemas para respirar y sangrado nasal en los casos más graves, pues muchas personas no reciben señales que algo va mal en su salud.
Protegerse cuando se tiene hipertensión es fundamental, pues de hacerlo no sólo se disminuye la presión arterial, sino que también se reduce el riesgo de padecer alguna enfermedad cardíaca o incluso prevenir que los médicos receten medicamentos para controlar la enfermedad. Es por ello que cuando un paciente recibe el diagnóstico de esta afección, se recomiendan hacer algunos cambios en el estilo de vida para iniciar con hábitos saludables que incluyen la actividad física y una correcta alimentación en la que se debe evitar comer ciertos alimentos y procurar otros.
Así que si tu salud se ve afectada y quieres comenzar a cuidarte de forma correcta, lo ideal es que sigas las recomendaciones de las instituciones médicas internacionales y descubras qué alimentos sí puedes comer si tienes la presión alta para controlarla, además de evitar el desarrollo de alguna enfermedad cardíaca a causa de “la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de tus arterias”, explica Mayo Clinic.
¿Qué comer para controlar la hipertensión?
Como te adelantábamos, los expertos recomiendan realizar algunos cambios en el estilo de vida para controlar los problemas de hipertensión y entre ellos no sólo destaca bajar de peso, sino también llevar una dieta saludable, en especial si se trata de la conocida como “DASH”, abreviatura en inglés de Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión, misma que es rica en nutrientes, baja en sodio y además es ideal para bajar la presión arterial alta, el colesterol y otras grasas en la sangre, según Medline Plus.
Para lograr lo anterior es necesario tener una dieta variada en alimentos, por lo que se deben agregar frutas y verduras como el pepino, lechuga zanahorias y jitomates, además de frutos secos y granos enteros ricos en fibra como las legumbres, semillas y nueces. Asimismo, quienes tienen la presión alta deben procurar evitar el consumo de grasas, por lo que al elegir sus productos, en especial los lácteos, deben ser sin o bajos en grasa.
En ese mismo sentido, se deben incluir a la dieta los aceites vegetales que tienen muchos beneficios para el organismo al protegernos de enfermedades, en especial las cardiovasculares. Algunos de los que puedes comenzar a consumir son el de oliva, girasol o maíz.
El pescado azul es uno de los más recomendados para las personas con hipertensión. (Foto: Pexels)
En el caso de las proteínas, idealmente cocinadas a la parrilla o asada, nunca freída, se recomienda evitar las carnes rojas y embutidos, y en su lugar fomentar las magras, las aves y los pescados, en especial el azul; en lo que respecta a las porciones, lo ideal es que al día se consuman dos porciones o menos. De acuerdo con los datos de Medline Plus, al menos dos veces a la semana se debe evitar el consumo de estos alimentos y en su lugar sustituirlos con fríjoles, nueces, soya o huevos.
Otros alimentos que se pueden agregar a la dieta son aquellos ricos en fibra, potasio, calcio y magnesio, pues según diversos estudios, este tipo de nutrientes son perfectos para ayudar a bajar la presión arterial. Cabe recordar que aunque se deben evitar los alimentos ricos en azúcares y sodio, los expertos destacan que pueden llegar a comer menos de cinco porciones a la semana; algunos ejemplos son los dulces, gelatinas y jarabes, etc.
Recuerda que todas las recomendaciones anteriores se deben combinar con actividad física y la pérdida de peso, que son fundamentales para controlar la hipertensión; sin embargo, antes de realizar cualquier cambio en tu dieta diaria, debes consultar a un profesional de la salud que te ayude a determinar si es la mejor opción para ti y a encontrar las porciones que necesitas según diversos factores como el peso, el ejercicio y la edad.