La adolescencia es una etapa de cambios físicos, psicológicos, sociales y de comportamientos. Esto lleva a que los adolescentes presenten algunos problemas dentales vinculados a esta transformación.

Las modificaciones en la dieta y el descuido de la higiene dental pueden ocasionar patologías comunes, como las caries o la gingivitis. Pero el crecimiento de los huesos, la presencia de hábitos y la incorporación de nuevas costumbres también pueden predisponer a que se altere la salud oral.

El cuidado de la boca en esta etapa de la vida es fundamental. Pues de ello dependerá que los dientes permanentes, los que deben acompañarnos durante la adultez, permanezcan sanos y fuertes. Sigue leyendo y entérate cuáles son los problemas dentales más comunes en los adolescentes.

Problemas dentales comunes en adolescentes

La autonomía e independencia que buscan los adolescentes en esta etapa puede llevar a que descuiden algunos aspectos de salud, incluido el cuidado de la boca. Las nuevas experiencias, los cambios en la dieta y la menor intervención de los adultos en la atención del cuerpo favorecen la aparición de ciertas complicaciones orales.

Caries dental

La caries dental es una de las patologías más frecuente en toda la población mundial. Afecta a bebés, niños, jóvenes y adultos, aunque hay ciertas edades asociadas a un mayor riesgo.

Se trata de un proceso crónico en el que las bacterias de la boca se acumulan y metabolizan el azúcar de la dieta. De esto resulta un ácido capaz de desmineralizar y destruir los tejidos duros de los dientes.

La adolescencia es uno de esos momentos en los que las condiciones de la boca favorecen la aparición de esta patología. La combinación de una dieta rica en azúcar con una higiene dental deficiente es la mayor responsable de la predisposición de los adolescentes a este problema dental.

Durante la adolescencia el consumo de golosinas y bebidas carbonatadas es mayor. Estos altos niveles de azúcares simples en la boca favorecen la proliferación de las bacterias responsables de las caries.

Además, la higiene bucodental suele descuidarse en esta etapa. La falta de motivación para cepillarse los dientes, los olvidos, una técnica inadecuada y la falta de participación parental en el proceso también favorecen el acúmulo de placa bacteriana.

Si las caries no se tratan de manera oportuna, las lesiones avanzan ocasionando complicaciones como dolor o infecciones. Y si el deterioro no se frena a tiempo, la pérdida definitiva del diente afectado es una posibilidad.

Vale recordar que desde los 12 o 13 años todas las piezas dentarias que poseen los adolescentes en su boca son permanentes. Por lo que la pérdida de un elemento a esta edad es irreversible.

Caries en una adolescente.
Las caries representan una de las enfermedades más prevalentes a nivel mundial y pueden iniciarse en la adolescencia.
Mala oclusión dental
La oclusión dental es la relación de los dientes superiores con los inferiores al morder. Un engranaje inadecuado interfiere con la masticación, la alimentación, el habla y la estética. Además, afecta el aspecto psicosocial de las personas, impactando de manera negativa en su calidad de vida.

Los problemas de oclusión incluyen dientes torcidos o mal ubicados, apiñamientos y diastemas. También situaciones más complejas, como mordidas abiertas o cruzadas.

Durante la etapa de crecimiento y desarrollo de los huesos maxilares y la erupción de las piezas dentarias, algunos factores pueden desencadenar una relación incorrecta entre ambas arcadas. Las causas de estos trastornos son variadas. Entre ellas, las más frecuentes son las siguientes:

Factores hereditarios y genéticos: dientes o huesos muy grandes o muy pequeños pueden generar una discrepancia que altera la manera de morder.
Presencia de hábitos nocivos: succión de dedo, respiración bucal, onicofagia, deglución atípica.
Pérdida prematura de dientes: la ausencia de un elemento dentario en la boca altera la erupción de los sucedáneos y el posicionamiento de las piezas vecinas y antagonistas. Esto interfiere en las relaciones entre dientes.
Otras causas: algunas afecciones de la cavidad oral también favorecen la aparición de estos problemas de mordida. Fisuras labiales o palatinas, quistes, tumores, traumatismos o dientes de más o de menos son algunos ejemplos.
La ortodoncia en la adolescencia
La adolescencia es una etapa oportuna para solucionar los problemas de oclusión. Pues los huesos aún están creciendo y esto se puede aprovechar para mejorar la mordida. Un tratamiento de ortodoncia en este período ayudará a mejorar la oclusión y la apariencia de la sonrisa.

De todos modos, a pesar de que los tratamientos de ortodoncia funcionen muy bien durante la adolescencia, los pacientes pueden rechazar la terapéutica. El aspecto que tendrán a la hora de usar frenos o alineadores suele ser el motivo de resistencia. En esta etapa que la apariencia es tan importante, llevar alambres o plásticos en la boca es un obstáculo a la hora de verse bien.

De todos modos, en la actualidad existen varias opciones estéticas para mejorar la oclusión alterando lo menos posible la apariencia de la sonrisa. Los brackets cerámicos y de zafiro, la ortodoncia lingual o los alineadores invisibles son algunos ejemplos.

La incomodidad y el dolor que generan los aparatos también puede ser motivo de rechazo por parte de los adolescentes. Reflexionar sobre los resultados que se obtendrán con la terapéutica ayuda a aceptar la intervención.

Según un estudio brasilero, la no intervención y la persistencia de la mala oclusión dentaria influye de manera negativa en la autoestima de los adolescentes. La falta de tratamiento es más nociva que lucir frenos por un tiempo. Pero debes saber que a la hora de realizar un tratamiento de ortodoncia es necesario que el paciente asuma ciertos compromisos.

Cuidar la dieta, ocuparse de realizar una higiene dental exhaustiva y acudir a los controles odontológicos pautados es fundamental. Pues el uso de ortodoncia predispone a sufrir otros problemas dentales en la boca de los adolescentes. Favorece el acúmulo de placa bacteriana y dificulta la higiene oral.

Traumatismos dentales
Los traumatismos dentales son otro de los problemas frecuentes en los adolescentes. Los golpes y los accidentes son comunes en esta etapa y la boca no es ajena a este tipo de lesiones.

La práctica de deportes y juegos de contacto son las situaciones más comunes que predisponen a los adolescentes a sufrir golpes en la boca. El rugby, el hockey, el boxeo, el ciclismo, el esquí y el uso de patinetas son algunos ejemplos. Los accidentes de tránsito y los golpes por riñas también son circunstancias que pueden llevar a un diente roto.

Los traumatismos dentales varían según los tejidos que resulten afectados. Un golpe en la boca puede ocasionar una fractura dentaria en la zona de la corona o en la raíz. Otras veces, el daño puede llevar a que la pieza dentaria se mueva, se hunda dentro del hueso, se desplace o se salga por completo de la boca.

Las heridas y los cortes en las mucosas, como labios, lengua y mejillas también son usuales. Y en los casos más graves puede resultar comprometido el hueso alveolar.

En caso de un traumatismo dental, lo ideal es acudir lo más pronto posible al odontólogo. El profesional sabrá cómo resolver la situación y evitar complicaciones.

El uso de protectores bucales durante la práctica de deportes de riesgo es una de las mejores maneras de prevenir este tipo de lesiones en la boca.

Gingivitis

La gingivitis o inflamación de las encías es una patología que suele asociarse a la adultez. Pero lo cierto es que se trata de uno de los problemas dentales que también afecta a los adolescentes.

La causa más común de este trastorno es la presencia de placa bacteriana sobre dientes y encías ocasionada por una higiene dental ausente o deficiente. Las bacterias de la boca y los restos alimenticios se depositan sobre las superficies bucales y al no ser eliminados se acumulan. También se calcifican con los minerales presentes en el medio oral, dando origen al sarro o cálculo dental.

Placa bacteriana y sarro irritan el tejido gingival, dando origen a una respuesta inflamatoria. Es así que las encías se hinchan, aumentan de tamaño, se vuelven rojas, sangran con facilidad y molestan o duelen. La respiración bucal, las malposiciones dentarias, el apiñamiento y la presencia de caries son situaciones que también favorecen la aparición de este cuadro.

Asimismo, los cambios hormonales propios de la pubertad aumentan el riesgo de padecer gingivitis durante la adolescencia. El aumento de los niveles de estrógenos tiene un efecto transitorio sobre el estado inflamatorio de las encías, pudiendo desencadenar la patología, aun con bajos niveles de placa bacteriana.

Aunque no es lo más común en la adolescencia, si la gingivitis no se trata a tiempo puede evolucionar a una periodontitis. Aquí se comprometen los tejidos profundos que sostienen los dientes, pudiendo llevar a la pérdida de las piezas dentarias.

Bruxismo

El bruxismo es una actividad repetitiva de los músculos de la masticación. Se caracteriza por apretar y rechinar los dientes y golpear y balancear la mandíbula.

Aunque esta patología se relaciona más con la edad adulta, en la actualidad es también uno de los problemas dentales que afecta a los adolescentes. Y puede suceder durante el día o la noche.

El bruxismo ocasiona el desgaste de los dientes y provoca dolor de cabeza y de oídos. En la adolescencia, además, puede afectar el desarrollo de los músculos faciales y generar problemas en la articulación temporomandibular.

En el caso de los niños y adolescentes, el diagnóstico es dificultoso. Pues existen situaciones de bruxismo fisiológico necesarias para el desarrollo facial. Por eso es importante que los padres lleven a sus hijos al control odontológico para detectar a tiempo los casos en los que la actividad es parafuncional.

Las causas del bruxismo son múltiples:

Factores locales: maloclusiones, traumatismos, pérdida prematura de dientes, exceso de material de empastes o quistes, por ejemplo.

Causas sistémicas: deficiencias nutricionales y de vitaminas, parasitosis, alergias, parálisis cerebral, deficiencia mental, desórdenes gastrointestinales, endocrinológicos y otorrinolaringológicos.

Factores psicológicos: problemas familiares, de personalidad, baja autoestima, tensión emocional, ansiedad, crisis, depresión o trastornos neuroconductuales.

Problemáticas ocupacionales: pruebas escolares, bullying o competencias de deportes.

Adolescente practica deporte.

Las competencias deportivas son fuente de estrés para los adolescentes, lo que los puede llevar al bruxismo. Además de favorecer los traumas bucales.

Problemas con las cordales o muelas del juicio

Los terceros molares son las últimas muelas permanentes en erupcionar. Su aparición suele suceder entre los 17 y 21 años. Lo hacen en la zona más posterior de la arcada dentaria, por detrás de los segundos molares.

Pero la aparición de estas muelas en la boca puede ser complicada. La falta de espacio para salir ocasiona complicaciones.

Las muelas impactadas, las pericoronaritis o la permanencia del elemento dentro del hueso son frecuentes. También la erupción en otros sitios o en direcciones anormales.

Por este motivo, muchas veces es necesario extraer este elemento dentario. Los controles y el seguimiento del odontólogo durante esta etapa de la vida son muy importantes para evitar o resolver complicaciones.

Descubre ¿Qué son las cordales impactadas y cuál es su tratamiento?

Otros problemas dentales que afectan a los adolescentes

Las patologías que mencionamos son las más frecuentes. Pero algunas costumbres, comportamientos o modas propias de esta etapa también pueden generar otros problemas dentales en los adolescentes:

Joyas en la boca: el uso de piercings en la boca favorece el acúmulo de placa bacteriana, lesiona las encías y otras mucosas y puede astillar los dientes. Las joyas en la boca también dañan viejos empastes y dificultan el habla y la alimentación. Complicaciones más serias como infecciones, inflamación lingual y obstrucción de las vías aéreas son una posibilidad.

Erosión dental: el alto consumo de bebidas carbonatadas, ácidas o azucaradas durante la adolescencia favorece la erosión dental. La acidez de estos productos provoca la pérdida de minerales del esmalte, exponiendo la dentina. La sensibilidad dentaria es la molesta consecuencia de este trastorno.

Trastornos de la alimentación: surgen de la combinación de problemas físicos, emocionales y sociales complejos. A nivel bucal los efectos son variados. Una nutrición deficiente puede ocasionar el sangrado de encías y otras mucosas. Las sequedad bucal y el mal aliento son frecuentes. Además, en el caso de vomitar con frecuencia, el ácido estomacal lesiona las estructuras dentarias alterando su color, forma y tamaño.

Tabaco: fumar es una actividad que puede surgir como acto de rebeldía durante la adolescencia. Las caries, los dientes manchados, la halitosis, la sequedad bucal y el cáncer oral son algunos de sus efectos en la boca.

Boca de metanfetamina: los adolescentes pueden caer en el uso de drogas ilegales como la metanfetamina. A nivel bucal este estimulante peligroso ocasiona caries rampantes y dientes manchados de negro y rotos.

Cuidados dentarios durante la adolescencia

Como en todas las etapas de la vida, durante la adolescencia es fundamental cuidar la cavidad bucal. Aunque se trate de una época en la que los hijos buscan autonomía e independencia, el acompañamiento de los padres es fundamental.

Reforzar y recordar a los jóvenes la importancia de cepillar sus dientes de manera correcta y frecuente y usar el hilo dental es de gran ayuda. En esta etapa en la que la apariencia personal cobra gran importancia, motivarlos a realizar estas actividades como parte del cuidado del cuerpo puede ser una buena estrategia.

Otro aspecto a considerar es procurar que la alimentación sea adecuada y nutritiva. Evitar el alto consumo de bebidas y bocadillos ácidos y dulces es fundamental para cuidar la salud oral.

Asimismo, las visitas regulares al dentista son de gran importancia. Los controles cada 6 meses ayudan a detectar cualquier patología a tiempo. Además, el profesional podrá reforzar conductas preventivas y de autocuidado.

La falta de interés y compromiso de los jóvenes puede ser un obstáculo a la hora de cuidar la boca. Pero con padres responsables que dialoguen y acompañen a sus hijos, los problemas dentales de los adolescentes se pueden evitar.