Los mosquitos son la criatura más mortífera del mundo para los seres humanos.
Hace casi un siglo, identificaron al dióxido de carbono (CO₂) como un atrayente de los mosquitos.
El gas lo han utilizado para atrapar mosquitos hembras que buscan la sangre necesaria para adquirir nutrientes y formar huevos.
Sin embargo, la razón por la que los mosquitos deciden picar a unos y no a otros tiene que ver con el calor, vapor de agua, humedad, señales visuales y aún más importante, los olores de la piel.
Varios estudios señalan que a los mosquitos les atraen moléculas como el indol, nonanol, octenol y el ácido láctico.
Una investigación registrada por la Universidad Internacional de Florida identificó un receptor de olor único, conocido como “ionotrópico 8a”, que permite al mosquito Aedes aegypti (que es transmisor del dengue, chikungunya y zika), detectar el ácido láctico.