“Esta conducta ocurre porque no hay suficientes rascadores o porque están colocados en lugares inadecuados o de manera incorrecta”, asegura el doctor.

Continúa, “los instintos de los felinos a veces son incompatibles con el planteo habitacional de los humanos”.

Comenta la necesidad de tener espacios específicos y a plena vista para evitar incidentes, “los gatos destruyen los muebles de nuestras casas con su rascado y muchas veces a nosotros nos molesta mucho sufrir las consecuencias del rascado que siempre son en lugares bien visibles ya que los gatos al contrario de lo que nos gusta a los humanos, necesitan tenerlos a plena vista”.

Explica que es un método entre gatos, “los felinos silvestres siempre dejan marcas verticales de arañazos en el trayecto de sus habituales senderos cotidianos, especialmente lo hacen en lugares donde se cruzan en el camino de otros felinos para que ellos puedan “leer” el mensaje”.

Según el doctor, el rascado no sólo deja marcas visuales sino que también transmite el olor de las almohadillas de las patas del gato.

Poco importa si en la casa hay uno o más gatos ya que el marcaje es un comportamiento innato, independiente del entorno y sus otros animales, tratándose de un comportamiento instintivo que llevará a cabo incluso si solo tenemos un gato, ya que marcar es instintivo y siempre es necesario dejar marcas del paso.

“En una casa, los lugares como los marcos de las puertas, los muebles, los brazos verticales de los sillones y las esquinas que se encuentran entre el lugar que el gato usa para dormir y el lugar donde se alimenta, seguramente están marcados”.

El doctor nos da un último consejo, “Un recurso ideal para evitar el daño a la casa o al mobiliario es colocar un poste con un rascador, ideal para este propósito, ya que se lo puede colocar en una pared, en los pasillos o en las esquinas”, finaliza