Una de las preguntas más frecuentes en las consultas médicas es «¿Por qué me enfermo muy seguido?». Muchas personas quieren una respuesta para esta interrogante, ya que, constantemente, suelen presentar gripes, resfriados, dolores, problemas digestivos, cansancio prolongado y muchos otros síntomas que dan sensación de enfermedad.
Lo cierto de todo es que hay muchos factores que pueden explicar el porqué unas personas tienden a sentirse más enfermas que otras. Las alteraciones del sistema nervioso, la función del sistema inmunitario y los cambios hormonales tienen mucho que ver en esto. Para saber más al respecto, a continuación detallamos algunas posibles causas.
¿Por qué me enfermo muy seguido? Posibles causas
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades advierten que un gran número de enfermedades crónicas están asociadas a la práctica de malos hábitos de vida, como el tabaquismo, la exposición a humo de segunda mano, el consumo de alcohol, el sedentarismo y la mala alimentación.
Por eso, para responder la duda de «por qué me enfermo muy seguido» es importante revisar, en primera instancia, los hábitos. Llevar un estilo de vida poco saludable puede ser el detonante de muchas enfermedades. Sin embargo, no hay que descartar otras causas. Veamos.
1. Ansiedad
Cuando los niveles de ansiedad incrementan, sus manifestaciones clínicas van más allá de lo emocional. Muchos pacientes experimentan molestias digestivas, como náuseas, dolor estomacal o vómitos.
De hecho, un estudio publicado en Scandinavian Journal of Gastroenterology determinó que existe una relación entre los síntomas gastrointestinales y los trastornos de ansiedad y depresión.
Otros síntomas que se vinculan a la ansiedad incluyen:
Transpiración excesiva.
Dificultades para respirar o sensación de ahogo.
Mareos.
Temblores.
Aumento de la frecuencia cardíaca.
¿Cuándo consultar al médico?
Sentirse enfermo muy seguido con estos síntomas debe ser razón suficiente para consultar al médico. Una vez se determine que se debe a la ansiedad, el profesional puede sugerir una consulta con un profesional de la salud mental, como un psicólogo o un psiquiatra.
Por fortuna, tanto los casos puntuales de ansiedad como los trastornos de ansiedad pueden abordarse de muchas formas. La psicoterapia, acompañada con cambios en el estilo de vida, puede ser suficiente. En algunos casos pueden ser necesarios los medicamentos.
2. Estrés crónico
El estrés es una reacción natural del cuerpo ante determinadas amenazas. Sin embargo, cuando se produce de forma crónica, su impacto sobre la salud y el bienestar no es bueno. Enfermarse muy seguido puede ser señal de estar sometidos a demasiado estrés sin el control necesario.
Como lo detalla una investigación publicada en Future Science OA, el estrés afecta las funciones del sistema inmunitario, altera el sistema nervioso y compromete la salud cardíaca. Incluso, cuando se sale de control, se asocia a otras dolencias como las cefaleas y el dolor lumbar.
Entre otras cosas, otras señales de enfermedad vinculadas al estrés son:
Falta de energía o fatiga.
Problemas digestivos, como diarrea, náuseas y calambres.
Insomnio y dificultades para dormir.
Infecciones frecuentes, como gripe, resfriados y problemas urinarios.
¿Cuándo consultar al médico?
Tanto los médicos como los psicólogos pueden ayudar a elaborar estrategias para mitigar los efectos del estrés. Es importante solicitar una consulta si hay síntomas que afectan la calidad de vida. El tratamiento puede centrarse en la causa subyacente del estrés y en la propia enfermedad derivada. Por eso, puede incluir:
Terapia psicológica.
Medicamentos.
Cambios en el estilo de vida.
3. Problemas inmunitarios
Los problemas que afectan al sistema inmunitario pueden explicar el por qué muchos enferman constantemente de gripe, resfriados e infecciones. Cuando los mecanismos de defensa no pueden responder bien contra los agentes patógenos, se producen estas enfermedades.
De hecho, como lo explica una investigación publicada en Journal of Immunology Research, los trastornos del sistema inmunitario también están implicados en un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y metabólicas.
Las personas con un sistema inmunitario débil pueden experimentar:
Cuadros de gripe y resfriado frecuentes (con fiebre, congestión, dificultades para respirar, malestar general, etcétera).
Bronquitis y asma.
Problemas digestivos, como estreñimiento o diarrea.
Dolores articulares.
Intolerancias alimentarias.
Irritación, comezón y erupciones en la piel.
¿Cuándo consultar al médico?
Siempre que se presenten señales de un sistema inmunitario débil hay que consultar. El médico debe saber si los síntomas de enfermedad se dan a menudo para empezar a realizar un diagnóstico. En función de las manifestaciones clínicas, se harán unas pruebas de diagnóstico u otras. Asimismo, esto determinará el tratamiento.
4. Anemia
La anemia es una enfermedad que se origina por la baja producción de hemoglobina, una parte de los glóbulos rojos cuya función es facilitar el transporte del oxígeno a la sangre. El consumo de algunos medicamentos, la deficiencia de hierro y vitamina B12, el embarazo y algunas enfermedades crónicas pueden estar detrás de la anemia.
Cuando se desarrolla, es normal sentirse enfermos con más frecuencia, pues aumenta la sensación de cansancio, las dificultades para respirar, los problemas de concentración y mareos. Incluso, la piel empieza a verse más pálida y las ojeras son más notorias.
¿Cuándo consultar al médico?
En un principio, muchos pasan por alto los síntomas de la anemia porque piensan que es algo puntual y pasajero. No obstante, ante sus primeras manifestaciones es importante consultar para no retrasar el tratamiento. Dependiendo de su causa, el médico puede sugerir ajustes en la dieta, suplementos o medicamentos.
¿Hay otros motivos para sentirse enfermo muy seguido?
Llegados a este punto, ya tenemos varias posibles causas de «por qué me enfermo muy seguido». No obstante, no está de más comentar que también hay otros factores que lo pueden explicar. La deshidratación, una dieta pobre en nutrientes y la falta de sueño también pueden conducir a la enfermedad.
Asimismo, es común enfermarse por trabajar en entornos de atención sanitaria (clínicas, hospitales, etcétera), por no lavarse bien las manos, o por compartir el mismo entorno que personas con enfermedades infecciosas. Ante esto, es importante asegurar una buena higiene y tomar las medidas estrictas de seguridad.