Es natural que todos los niños lloren cuando no saben cómo explicar alguna situación. Sin embargo, en algunos casos los berrinches se convierten en una constante. Para la ciencia, las conductas de los pequeños son interesantes. En particular, los berrinches según la ciencia tienen una explicación multifactorial.

Ningún padre o cuidador de niños pequeños puede escapar de los lloriqueos y pataletas. Se trata de un comportamiento normal en las edades tempranas del desarrollo. De todos modos, los investigadores del comportamiento humano se han dado a la tarea de explicar por qué los niños hacen berrinches.

¿Cuál es el origen de los berrinches?

Los berrinches pueden provenir de 2 orígenes. Existe un componente social, el que determina en gran medida la manera de comportarse de los niños por medio de lo que aprenden; por otra parte, el componente orgánico explica la conducta desde una perspectiva biológica.

Para entender mejor lo anterior podemos resumirlo de la siguiente forma: el componente social asociado a los berrinches en los niños tiene que ver con las conductas que ellos aprenden e imitan de los adultos. Mientras que el componente orgánico está relacionado con el funcionamiento de las estructuras cerebrales.

Los berrinches, según la ciencia, son una respuesta natural que puede variar en intensidad y prevalencia de acuerdo a las particularidades de cada infante. Cuando existe un mal funcionamiento de algunas estructuras cerebrales, las pataletas y otros comportamientos hostiles se hacen más intensos.

Por otro lado, algunos niños muestran señales de comportamiento hostil, aún cuando no presentan compromisos a nivel orgánico. Esto es porque las conductas aprendidas por medio de la observación directa y la experiencia del entorno que los rodea los ha condicionado a dar respuestas desadaptativas.

Zonas del cerebro involucradas en los berrinches según la ciencia

En lo que tiene que ver con el componente orgánico y las partes del cerebro involucradas en los berrinches según la ciencia, es importante establecer cuáles son exactamente. De tal modo que podamos entender mejor cómo influyen en el comportamiento de los niños.

1. Amígdala

La amígdala cerebral es la estructura más primitiva del cerebro humano y se encuentra ubicada por debajo de todas las demás. Tiene como función satisfacer las necesidades básicas, por lo que es de donde provienen aquellos impulsos de conseguir lo que deseamos a toda costa.

2. Hipotálamo

Esta porción del encéfalo humano se encuentra ubicada en el centro del cerebro. Dentro de sus funciones principales están la de regular la temperatura corporal, la maduración sexual y el hambre, entre otras.

3. Corteza prefrontal

Es la estructura más evolucionada del cerebro humano y se encuentra situada a nivel de la frente. La corteza prefrontal cumple funciones de dique para regular y controlar los impulsos provenientes de otras estructuras menos evolucionadas.

Por esta razón, cuando existen daños en la corteza prefrontal, las personas suelen ser más agresivas.

¿Cómo se puede prevenir un berrinche?

En condiciones normales, los comportamientos hostiles de los niños se pueden prevenir implementando castigos significativos para ellos, acompañados de una explicación del por qué. Es importante aclarar que los castigos físicos no son una buena alternativa; de hecho, pegarle resulta contraproducente.

Un castigo significativo es aquel que cumple la función de provocar un aprendizaje duradero. A fin de que, en el futuro, el niño aprenda a evitar dicho castigo. Es un proceso de condicionamiento operante, en el que los pequeños aprenden cuáles son los comportamientos adecuados.

A este método también se le agregan los premios como un reforzador de las conductas positivas. Es decir, cuando se comportan adecuadamente, el adulto cuidador les premia con algo que para ellos tiene valor.

Se debe tener cuidado de no complacer a los niños cuando están haciendo un berrinche. Aquellos padres que cometen el error de darle al niño lo que pide para que deje de comportarse así están fomentando la repetición de la conducta indeseada.

¿Qué hacer cuando mi hijo tiene un berrinche?

Ahora veremos un listado con algunas recomendaciones puntuales que pueden ayudar a los padres a disipar los berrinches. Son convenientes los acuerdos previos entre los padres o cuidadores para evitar que la situación resulte sorpresiva para alguno.

1. Mantener la calma

Para controlar la situación cuando los niños hacen berrinches es importante aprender a mantener la calma. Pensemos que si reaccionamos de forma impulsiva no estamos actuando acordes a nuestro rol de padres.

Lo ideal es no mostrarnos alterados frente al niño. En este sentido, deberemos tener paciencia y esperar que se calme.

2. Evitar los regaños en público

En caso de que nos encontremos en un lugar público, podemos cargar al niño y llevarlo a un lugar en el que pueda tener la oportunidad de serenarse junto a nosotros. Luego se debe proceder a darle una buena explicación del por qué su comportamiento no fue el mejor.

3. Cumplir con lo que decimos

Es importante que seamos capaces de cumplir nuestra palabra; no tiene sentido regañar al niño porque se ha portado mal y ponerle un castigo que luego no vamos a cumplir. Lo ideal es evitar los regaños y cambiarlos por un diálogo asertivo, pero sin flexibilizar las decisiones.

¿Hasta qué edad son efectivos los castigos?
Los castigos y recompensas son una forma de modelar el comportamiento de los niños, sin embargo, será necesario cambiar el estilo de crianza a medida que vayan creciendo. Cuando los jóvenes entran en la edad adolescente, el mejor método para procurar un buen comportamiento es la negociación.

Según la ciencia, para los berrinches el método de castigo solo funciona durante la etapa infantil, puesto que los niños no son capaces de comprender las cosas como lo haría un adolescente. Después de los 12 años es recomendable tener conversaciones con los jóvenes respecto a lo que esperamos de ellos.