Después de investigar informaron que este síntoma no es directamente por lesión causada por el virus, si no que es producida principalmente por la respuesta inflamatoria del sistema inmune ante la infección.
Por lo que las investigaciones fueron derivadas del estudio donde recolectaron muestras de tejido bulbo olfativo de 23 pacientes fallecidos por complicaciones a causa del COVID y de otros 14 pacientes que fallecieron a causas distintas al mismo virus.
De los cuales establecieron que de los pacientes que fallecieron por el virus cuatro tenían el sentido del olfato disminuido, dos perdieron el sentido del olfato y gusto por completo, además establecieron que ninguno de los 14 pacientes que no murieron por esta causa no habían perdido ninguno de los dos sentidos.
Debido a lo anterior la Dra. Ho indica que los investigadores sí se sorprendieron al observar que, pese al deterioro microvascular y neural, no había presencia de partículas de SARS-CoV-2 en el bulbo olfativo de la mayoría de los pacientes contagiados.
Pues explicó que esto se debe a que el virus daña algunas neuronas las cuales producen lesiones que hacen que se produzca inflamación lo que produce que las transmisiones que mandan estas neuronas no sean claras y se origine la pérdida o disminución del olfato.