Según la organización estadounidense, tener perros como compañía nocturna ofrece seguridad, protección, confort y afecto, elementos que contribuyen a mejorar la calidad del sueño sin depender de medicamentos. La interacción con las mascotas, en especial al acurrucarse con ellas, tiene un efecto relajante que despeja la mente y fomenta la tranquilidad. Además, los perros de servicio, entrenados para brindar apoyo emocional, son un bálsamo para aquellos que sufren de trastornos de estrés postraumático, brindando consuelo durante las pesadillas.
Los beneficios de compartir la cama con una mascota van más allá de la simple compañía. La reducción de la ansiedad y la sensación de soledad, el alivio de problemas de salud mental, la contribución a la regulación emocional, y la adición de un sentido y propósito de vida son solo algunas de las ventajas mencionadas. Además, se han observado efectos positivos en el sistema cardiovascular.
A pesar de estos aspectos positivos, dormir con tu mascota no está exento de desafíos. Las interrupciones en el sueño debido a ruidos o movimientos del animal son situaciones que pueden surgir. Además, algunos perros pueden considerar la cama como su territorio, lo que podría generar problemas de convivencia y comportamientos inesperados.
Asimismo, se deben tener en cuenta los posibles riesgos para la salud. La Fundación de Asma y Alergias de Estados Unidos advierte que las alergias a mascotas con pelaje son comunes, y dormir con un perro podría aumentar este riesgo. Así, antes de decidir compartir la cama con tu mascota, es crucial considerar tanto los beneficios como los posibles inconvenientes, asegurando un descanso óptimo para ambas partes.