Dejar el rímel en las pestañas durante la noche puede aumentar significativamente el riesgo de infecciones oculares.

Lo anterior debido al ambiente oscuro y húmedo alrededor de los ojos, mismo que crea un entorno propicio para el crecimiento bacteriano, especialmente cuando el rímel actúa como un imán para las partículas de polvo y otras impurezas.

Las bacterias pueden acumularse en las pestañas y alrededor de los ojos, aumentando la probabilidad de irritación, así como también pueden presentar conjuntivitis y otros problemas oculares.

El rímel, especialmente si es resistente al agua, puede endurecerse y secarse durante la noche.