A la hora de realizar ejercicio, la velocidad en que viaja la sangre aumenta, lo que hace que el flujo sanguíneo mejore y así llegue con mayor facilidad a todo el cuerpo, incluso al cerebro.

A través de un mejor flujo sanguíneo, optimizas tus capacidades cognitivas, es decir, la forma en que razonas, memorizas y resuelves problemas, entre otras habilidades.

La memoria mejora porque el ejercicio pone en marcha una parte del cerebro conocida como el hipocampo, la cual juega una parte importante en el desarrollo del aprendizaje y la memoria.

Asimismo, diversos estudios indican que el ejercicio aeróbico evita el encogimiento del hipocampo, que normalmente encoge con la edad, por lo que hacer alguna actividad física o deporte mejora la memoria.