Aunque la vitamina C es conocida comúnmente por su eficacia en combatir resfriados, la vitamina D es también vital para la salud y su rol va más allá de la salud ósea.

La incorporación de una dieta rica en vitamina C, vitamina B6 y zinc es clave para afrontar con éxito los desafíos de los meses de frío.

De acuerdo con fuentes oficiales como la Organización Mundial de la Salud y el Instituto Nacional de Salud, la vitamina D desempeña un papel crucial en diversos aspectos de la salud.

La vitamina D está en:

Exposición al sol
Alimentos como: pescados grasos (salmón, caballa, sardinas, atún y trucha), aceites de pescado, productos lácteos enriquecidos, yema de huevo y alimentos fortificados.