Normalmente asociamos a los escalofríos con procesos infecciosos (por virus y bacterias). Debido a esto, la mayoría de los episodios se acompañan de fiebre. De hecho, los escalofríos son un mecanismo del cuerpo para calentarse; ya que la “vibración” de tus músculos aumenta tu temperatura interna. Teniendo esto en cuenta, ¿qué hay detrás de los escalofríos sin fiebre?

Ciertamente este tipo de episodios pueden sorprender a muchas personas, en especial a aquellas que están habituadas a experimentarlos en conjunto con la fiebre. Aunque en general los casos de este tipo son benignos, debes estar al tanto de otros síntomas, ya que pueden indicar una condición subyacente. Te enseñamos todo lo que deberías saber de los escalofríos sin fiebre.

Síntomas de los escalofríos sin fiebre

Los expertos definen a los escalofríos como ‘una sensibilidad en la percepción del frío acompañada con temblores involuntarios’. La experiencia puede durar desde unos minutos a varias horas, y en algunos casos extenderse por varios días (manifestándose a través de episodios a lo largo de este tiempo). Los síntomas de los escalofríos sin fiebre son los siguientes:

Aumento de la percepción del frío con independencia de la temperatura del ambiente.
“Piel de gallina”.
Temblores musculares involuntarios.
Debilidad o fatiga.
Rechinamiento de dientes (producto de los temblores musculares).
Sudoración.
Mareos.
Náuseas.
Malestar general.
Somnolencia o letargo.

A pesar de que puedes manifestar estos signos, los escalofríos sin fiebre se suelen desarrollar con independencia de ellos. El sudor frío es un síntoma muy común, de manera que puede potenciar aún más los episodios creando así un efecto bola de nieve (el frío del sudor te hará temblar más).

La mayoría de los cuadros de este tipo son benignos, de manera que de desarrollar los síntomas estos se presentarán con una intensidad leve o moderada. En casos graves puedes manifestar desmayos, alteraciones de la consciencia, coloración azulada de la piel y de los labios (cianosis) y falta de aire. Todo depende de la condición subyacente que esté ocasionando los temblores.

Causas de los escalofríos sin fiebre

En teoría existe un centenar de afecciones que pueden estar detrás de los escalofríos sin fiebre. En la práctica, algunas explicaciones son más frecuentes que otras. Dado que no es posible comentar todas las condiciones que pueden provocar episodios de este tipo te dejamos con algunas de las más frecuentes.

1. Exposición al frío

La explicación más común de los escalofríos de este tipo la encontramos en la exposición al descenso de la temperatura ambiental. Si has estado hace un par de horas en la piscina, en la playa, en un lugar abierto con grandes ventiscas y demás, entonces el cuerpo desarrollará temblores para calentarse a sí mismo.

También puedes manifestarlo al usar ropa húmeda, exponerte a la lluvia o pisar una superficie muy fría o mojada sin zapatos. Los escalofríos son un mecanismo natural y automático para generar fricción interna. Al crear fricción se crea calor de por medio, tal y como sucede al frotar las palmas.

2. Reacción a actividades extensas

Los escalofríos también pueden ser un efecto secundario a actividades extensas. Andar bicicleta o correr pueden desencadenar cuadros de este tipo cuando se lleva al cuerpo al límite o cuando se hace en días lluviosos o con temperaturas bajas.

La actividad física altera la temperatura corporal. Por lo general esta se eleva, de manera que el cuerpo empieza a producir sudor para regularla. Cuando finalizas un entrenamiento de una o varias horas de actividad intensa la temperatura puede descender drásticamente, lo que llevará al cuerpo a producir escalofríos para alcanzar la temperatura ideal.

Otra posible explicación es el agotamiento de tus reservar de glucógeno. El glucógeno en uno de los combustibles para obtener energía, de manera que cuando se agota desarrollas síntomas como calambres musculares, mareos, fatiga, náuseas y por supuesto escalofríos sin fiebre

3. Efecto secundario de la medicación

Todo medicamento que tomes tiene un margen potencial de desarrollar efectos secundarios. La mayoría de las veces estos no se presentan, o en caso de hacerlo son muy leves para que te percates de ellos. La ingesta temporal o permanente de fármacos, tanto aquellos regulados como los que no (a base de hierbas y demás), puede hacerte desarrollar cuadros de este tipo.

Lo que puedes hacer es consultar el prospecto para valorar si los escalofríos se cuentan entre las reacciones secundarias. También puedes consultar con un especialista, en especial cuando debes mantener su ingesta durante meses o años. Juntos pueden buscar alternativas para tratar la afección que te hace depender de ese fármaco en especial.

4. Hipotiroidismo

Una persona padece de hipotiroidismo cuando su glándula tiroides no produce suficientes hormonas para satisfacer la demanda metabólica. Un síntoma clásico es una mayor sensibilidad al frío, la cual se puede confundir con escalofríos. Los signos clásicos que acompañan a esta condición son los siguientes:

Aumento de peso sin causa aparente.
Estreñimiento.
Piel seca.
Hinchazón en la cara.
Pérdida de memoria.
Alteraciones en el estado de ánimo (con predominio de emociones como la tristeza).
Rigidez o inflamación de las articulaciones.
Ritmos cardíacos lentos.

El hipotiroidismo es una afección muy fácil de diagnosticar y además muy tratable. Si manifiestas estos síntomas en conjunto con la sensibilidad al frío no dudes en consultar con un especialista para descartarla.

5. Hipoglucemia

La hipoglucemia es la disminución de las concentraciones de glucosa en sangre. Además de escalofríos, los pacientes desarrollan temblores musculares, sudoración, visión borrosa, desorientación y mareos. También puedes manifestar irregularidades en los latidos del corazón, debilidad, irritabilidad y confusión.

Los episodios de hipoglucemia son mucho más frecuentes en las personas con diabetes mellitus. Los mismos suelen aparecer como un efecto secundario de la medicación. Sin embargo, si tienes un episodio de hipoglucemia y no tienes un diagnóstico de diabetes, lo más recomendable es comunicarte con un médico inmediatamente.

6. Otras causas de escalofríos sin fiebre

La desnutrición puede generar esta manifestación clínica. El cuerpo requiere de un equilibrio delicado de nutrientes para funcionar de forma adecuada. De esta manera, el déficit nutricional presentado en los episodios de desnutrición generará un funcionamiento inadecuado del organismo, pudiendo aparecer problemas para regular la temperatura y con ellos los escalofríos.

Otras posibles explicaciones son las reacciones alérgicas, el resfriado común y la anemia. Un descenso de la presión arterial súbita también puede provocar escalofríos sin fiebre.

Las explicaciones más frecuentes son las más benignas, en especial cuando no has desarrollado síntomas graves o señales de otro tipo. Los cambios emocionales intensos, de acuerdo con los expertos, también pueden estar detrás de los escalofríos. Por ejemplo, aquellos que experimentas al escuchar música, al tener ansiedad o al estar ante una situación de estrés.

Tratamiento de los escalofríos sin fiebre

El tratamiento de esta condición depende de lo que está provocando los episodios. Si se debe a factores de la temperatura ambiental o al exceso de deporte, puedes abrigarte hasta que desaparezcan los síntomas. Así ayudarás a recuperar la temperatura media del cuerpo sin ayuda de este mecanismo.

Ya hemos estipulado que si sospechas que un fármaco es la fuente de origen lo mejor que puedes hacer es consultarlo con el especialista. Normalmente este encontrará un medicamento alternativo, lo que te permitirá tratar la condición subyacente sin tener que lidiar con esos episodios molestos.

Para los demás casos debes buscar asistencia médica para descartar cualquier tipo de afección. El que no haya fiebre de por medio no implica que sea un proceso benigno, de manera que no dudes en asistir al especialista cuanto antes. Hazlo en especial si los síntomas son repetitivos y no los puedes explicar por los ejemplos dados.