Durante siglos a las mujeres se les ha dado el rol de madres porque, entre muchos factores, se supone que nacimos para ello. Eso desencadenó una pregunta que se ha intentado responder a lo largo de la historia humana: ¿es cierto que existe el instinto maternal?
Todos esperan que la mujer desee tener hijos, sepa cómo cuidarlos apenas nacen y que de forma innata comprenda a sus bebés. Pero, ¿qué tan realista es esto? ¿Existe ese conjunto de comportamientos que automáticamente convierten a una mujer en madre ejemplar?
¿Qué es el instinto maternal?
Instinto se refiere a un comportamiento innato que hace respuesta a algún estímulo. Entonces, el instinto maternal se definiría como un conocimiento innato que va de la mano de un conjunto de comportamientos de cuidado que se adquieren al convertirse en madre.
Esta definición y creencia ha perseguido a las mujeres desde el siglo XIX, cuando los médicos se interesaron por el parto, la lactancia y el embarazo. Hasta entonces, todo esto era atendido por comadronas o parteras.
Desde que los médicos se interesaron en el parto, con el objetivo de evitar más muertes de parturientas e infantes mientras ocurría el nacimiento, la mujer fue etiquetada como madre por naturaleza. Desde entonces, cualquier otra actividad que no estuviera relacionada con los hijos y su crianza no era natural ni bien vista.
En la naturaleza, los mamíferos tienen instintos de protección y cuidado de sus hijos, pero todas las hembras humanas sienten esto. Desde el punto de vista social, el instinto es un concepto construido por la medicina de aquel entonces.
Aunque en la actualidad, si ese sentimiento no surge recién nace la criatura, puede crear percepciones de fracaso en la madre. Por lo que el instinto maternal definido de tal manera es un mito.
¿Qué dicen los estudios científicos sobre el instinto maternal?
La oxitocina es una hormona conocida, entre otras cosas, por su función en el parto y la lactancia. Es liberada en la glándula pituitaria durante el parto. Está encargada de causar las contracciones en el útero para facilitar el proceso.
Estudios sugieren que la oxitocina aumenta tras el parto y durante la lactancia, encargada de preparar a la madre para responder a los estímulos del bebé y a sus distintas señales.
Esto no quiere decir que todas las mujeres sepan en automático qué hacer con un recién nacido ni que estén listas para atenderlo cuando dan a luz, sino que es algo que se alcanza con el tiempo y el contacto madre e hijo.
De hecho, se señala que el encuentro entre madre e hijo recién nacido que se arrastra hasta el seno y succiona de forma espontánea es lo que dispara los niveles de la hormona.
La lactancia es crucial para la supervivencia del niño, ya que es su fuente de alimento y es la madre quien puede proveerlo. De modo que es un vínculo compartido capaz de generar reacciones fisiológicas. Se ha observado que cuando el bebé llora, las glándulas mamarias producen leche.
Por lo que lo que etiquetamos como instinto maternal y nos hace imaginarnos que la maternidad es perfecta, no es más que un impulso biológico y fisiológico de apego y atracción a nuestra descendencia. Pero esto no convierte a una mujer en la madre ideal. La creencia en torno a esto es una de las principales culpables del estrés posparto.
Consejos para lidiar con el estrés posparto
Estrés, depresión o tristeza posparto es lo mismo. Se trata de sentimientos de tristeza y de preocupación que aparecen los primeros días después del parto.
Las teorías señalan que estos cambios en el estado de ánimo ocurren por los cambios hormonales del embarazo. Las concentraciones de estrógeno y progesterona que estuvieron en valores elevados durante el embarazo bajan de golpe después del parto. Así que es comprensible que hayan cambios anímicos.
Las hormonas recuperan sus concentraciones previas al embarazo una semana después. Mientras esos valores vuelven a la estabilidad, la tristeza cede.
Para afrontarlos puedes hacer lo siguiente:
Reposar, comer de forma saludable y aceptar el apoyo de los seres queridos en la crianza del niño.
Dejar que la familia y amigos ayuden con los labores del hogar, las compras, la preparación de la comida.
Intentar relajarse, bañarse con agua caliente o dormir.
Conversar con otras madres o personas cercanas que acaban de dar a luz y pueden dar apoyo.
Llorar si es necesario.
Toma la maternidad con calma y disfruta aprendiendo
No te agobies. La maternidad puede ser un impacto fuerte en la vida de cualquier mujer. No existen madres ideales; solo mujeres con impulsos de cariño para cuidar y proteger al infante.
Así que no se supone que debas sentir un amor a primera vista o un clic instantáneo. Todas lo experimentan de forma distinta. Solo debes dejar que la naturaleza siga su curso, conocer a tu bebé y tener contacto con el nuevo ser que te llamará “mamá”.