De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de México, la claridad del piloncillo está relacionada con la calidad, basándose en que es un derivado del azúcar mascabado.
El piloncillo está hecho del jugo no destilado de la caña de azúcar y su elaboración requiere de trapiches, y para que llegue a los platillos que suelen usarlo se debe seguir el siguiente proceso de elaboración:
Se recolecta la caña de azúcar y se exprime para obtener el jugo (trapiches)
El bagazo se deja secar y se utiliza para atizar el horno en el que se calienta el jugo de caña a punto de ebullició
Una vez que alcanzó una textura espesa, se vacía en moldes de manera en forma cónica
Una vez frío se desmolda y empaca para su distribución
Además de que se usa en los ponches navideños, el piloncillo también se usa en las calabazas, charamuscas, en el café de olla, en la capirotada, en las melcochas, en el pan de dulce y mucho más.
Se cree que el piloncillo es un producto “mestizo” ya que el cultivo de la caña de azúcar comenzó en México en la época de la conquista de América, siendo el principal endulzante de campesinos y trabajadores del campo.