¿Qué es la hipertensión?

Antes de comenzar con la hipertensión, debemos conocer qué es la presión arterial. Veámoslo de esta forma, cada que nuestro corazón late, bombea sangre hacia las arterias. Cuando el corazón late bombeando la sangre es cuando hablamos de presión arterial alta, a lo que se le conoce como presión sistólica. Si el corazón se encuentra en reposo, entre latidos es cuando se habla de presión arterial baja que se conoce como presión diastólica. En pocas palabras la presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce en contra de las paredes de sus arterias.

La hipertensión o presión arterial alta es una enfermedad que se puede generar por varias enfermedades o alteraciones genéticas, las cuales pueden provocar el aumento de la presión arterial. Entre las causas se pueden mencionar que el sistema nervioso produzca más adrenalina, que la cantidad de sangre bombeada al corazón sea más alta de lo normal, la retención de sodio, entre otras. Ahora bien, la razón por la que muchas personas no reconocen que tienen hipertensión arterial se debe a que en muchas ocasiones esta no presenta síntomas, lo que la puede hacer peligrosa, siendo esta la causa de que se le conozca como “el mal silencioso”.

También es importante reconocer que en el aumento de las cifras de la presión arterial sistólica, se encuentra la hipertensión arterial sistémica (HAS). Una enfermedad crónica que es controlable de etiología multifactorial. La HAS se caracteriza por el aumento mantenido en más de 2 ocasiones en días diferentes de cifras arriba de 140 mmHg, o incluso de la presión arterial diastólica ya sea igual o mayor a 90 mmHg. La hipertensión arterial sistémica es considerada de alto riesgo para la personas ya que está asociada al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, por lo que es importante siempre consultar a un especialista para diagnosticar lo antes posible.

¿Cómo evitar la hipertensión arterial?

Al igual que muchas enfermedades crónicas, el cambio en el estilo de vida es esencial para evitar la hipertensión arterial. Por ejemplo, el exceso de peso que es una consecuencia de mantener una alimentación no saludable y vida sedentaria, que lleva incluso a otros trastornos metabólicos son algunas razones por las que se puede precipitar hipertensión arterial. Por ello, es necesario:

Reducir el peso corporal o mantenerlo en el ideal
Realizar ejercicio cardiovascular de forma regular
Evitar la exposición al humo
Evitar el consumo de tabaco
Tener una alimentación sana
Limitar el consumo del alcohol
Disminuir el consumo de sodio adicional al habitual recomendado en la dieta.