Una buena parte de la población padece de algún tipo de problema visual y los lentes de contacto son la solución más adecuada para enfrentar esta situación.

Se trata de dos especies de discos muy delgados y transparentes que se colocan en los ojos para mejorar la vista. Ellos flotan sobre la película lagrimal del ojo que cubre la córnea y, así como las gotas oftalmicas, pueden ser una herramienta de gran valor para mantener los ojos saludables.

Así como las gafas, los lentes de contacto se emplean para corregir problemas causados por errores refractivos, los cuales se presentan cuando el ojo no dobla o enfoca la luz que recibe de forma correcta, trayendo como consecuencia que la persona tenga una visión borrosa.

Estos lentes mejoran problemas de miopía, hipermetropía, astigmatismo o visión distorsionada, así como la presbicia que son los cambios para ver a distancias cortas, que generalmente se presentan después de los 40 años.

Ventajas de usar lentes de contacto

Los lentes de contacto son mucho más cómodos que los anteojos y ofrecen una visión más clara. Se trata de una solución perfecta para mejorar la visión de forma independiente sin ver afectadas actividades deportivas u otras que se realizan de forma diaria.

Este tipo de lentes permite al usuario contar con una agudeza visual del 100% de la forma más confortable posible. Sin duda, mejoran la calidad de vida de las personas porque les brinda confianza y libertad para disfrutar de una variedad de actividades.

A diferencia de los anteojos, los lentes de contacto no se empañan cuando se presentan cambios bruscos de temperatura. A esto se suma que los avances en los materiales que se emplean para producirlos hacen que la mayoría de la población sea apta para usarlos.

Hay una gran variedad de lentillas con diferentes características, y esto permite que el usuario elija cuál es la que más se adapta a su condición visual. Se adaptan a cada usuario según sus condiciones visuales.

Ya hablamos de la comodidad y libertad que traen los lentes de contacto. Esto hace además que sean perfectos para colocarse en el momento de emplear artículos como cascos o gafas de seguridad o protección, pues se colocan directamente en el ojo y no obstaculizan el uso del resto de los elementos, lo cual sí ocurre con los anteojos.

¿Qué son las gotas oftálmicas y en qué casos se usan?

Las gotas oftálmicas son preparaciones estériles líquidas, con una consistencia semisólida o sólidas que se colocan en el globo ocular o en la conjuntiva, o bien a su inserción en el saco conjuntival. Su importancia radica en que puede tener fines terapéuticos y también emplearse para el diagnóstico de alguna patología ocular.

La elección de las gotas de ojos es un asunto delicado porque debe adecuarse a la necesidad de cada persona, desde aliviar la sequedad ocular hasta reducir la irritación

Las gotas para aliviar la resequedad también se conocen como lágrimas artificiales o gotas lubricantes. Se emplean para dar alivio al ojo seco pues actúan como una barrera humectante y protectora para los ojos.  Es común que éstas sean indicadas para combatir alergias.

También están las gotas de ojos descongestivas. Brindan alivio temporal para los ojos rojos. Se hace énfasis en que se trata de un alivio temporal porque no se recomienda emplear con regularidad porque pueden causar dependencia y generar otros daños dañinos para los ojos.

Las gotas oftálmicas pueden ser una herramienta valiosa para mantener los ojos saludables no solo en sequedad o enrojecimiento, sino también para antihistamínicos o irritación y picazón; así como para combatir la inflamación del ojo.

Tanto los lentes de contacto como las gotas oftálmicas son de gran valor para el cuidado de la vista. No olvide consultar con un especialista antes de emplearlos.