Las hojas de rábano contienen altos niveles de vitamina C, un nutriente esencial que refuerza el sistema inmunológico y actúa como antioxidante, ayudando a combatir los radicales libres, que son responsables de la inflamación celular, según la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Este efecto antioxidante puede disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas relacionadas con la inflamación, como problemas cardiovasculares o diabetes.
Además de su capacidad para reducir la inflamación, las hojas de rábano también son ricas en fibra, lo que favorece la digestión y puede prevenir problemas digestivos como el estreñimiento.
Otro beneficio importante de las hojas de rábano es su contenido de minerales como hierro y calcio. El hierro es esencial para la producción de glóbulos rojos, y su falta en la dieta puede llevar a la anemia.
Las hojas de rábano son muy versátiles en la cocina y se pueden consumir de varias maneras. Una opción simple es añadirlas a ensaladas, mezclándolas con otras hojas verdes para una preparación fresca y nutritiva. También pueden ser un excelente ingrediente para batidos verdes, combinándolas con frutas como plátano o manzana para obtener una bebida rica en vitaminas y minerales.