Mantener una melena sana va más allá de asearla. Hay momentos y lugares específicos en los que tu pelo necesita resguardo. Por ejemplo, durante el secado o planchado. De igual modo, proteger tu cabello en una sauna seca previene que se parta y que pierda nutrientes.
Estos baños de vapor húmedo funcionan a temperaturas que podrían afectar los folículos pilosos hasta partir y resecar el cabello. Las sesiones en una sauna ofrecen múltiples ventajas:
Limpiar la piel a través del sudor.
Calmar el estrés.
Estimular la liberación de endorfinas.
Favorecer la circulación sanguínea.
Relajar para que duermas mejor.
Al margen de estos beneficios, activa la precaución para que las visitas a tales salas no dañen tu cabellera. Te explicamos cómo.
Tipos de sauna
Según la clase de sauna y las condiciones del pelo, las consecuencias se evidencian en mayor o menor grado. En la actualidad existen centros de estética, clubes y beauty bars que cuentan con salas de vapor de los siguientes tipos:
Sauna húmeda: es el popular baño turco que mezcla calor húmedo con calor seco. Entre las ventajas de su uso destacan la relajación de los músculos. Opera con temperaturas que rondan los 70 °C y una humedad de al menos 90 %.
Sauna de infrarrojo: el calor que emite proviene de rayos infrarrojos. En ocasiones son recomendados como complemento de terapias por fracturas y dolores reumáticos.
Sauna de hielo: son cabinas con muros o bloques helados que mantienen la temperatura en grados inferiores a la sensación térmica exterior.
Sauna seca: también se les conoce como finlandeses. Descubre más a continuación.
¿Qué es una sauna seca?
Las salas finlandesas proporcionan la humedad en el aire y el calor mediante una luz o un radiador eléctrico que calienta las piedras volcánicas. A diferencia de la cabina turca, no producen abundante vapor.