Los compradores compulsivos son personas que se lanzan a comprar cosas, muchas de ellas innecesarias, sin tener en cuenta el uso o no que le van a dar.
De esta manera, van acumulando en casa cosas que dejan abandonadas, ya que la satisfacción proviene del instante en que se compra, no de lo que posteriormente se hará con lo adquirido.
Se tiende a pensar que los compradores compulsivos son inmaduros y no saben gestionar bien su dinero. No obstante, lo cierto es que, bajo este acto, muchas veces vemos con malos ojos puede haber alguien que sufre mucho.
El sufrimiento encubierto de los compradores compulsivos
Los compradores compulsivos se lanzan a comprar para distraerse. Para llenar su vida, en la que sienten que hay un terrible vacío, o para huir de una situación en la que se notan atrapados.
Es un acto que llevan a cabo compulsivamente, sin pensarlo mucho y provocando sentimientos de culpa que llegarán a posteriori.
Los compradores compulsivos saben que comprar de esta forma no les lleva a ninguna parte. Muchos incluso son conscientes de que les ocurre algo cuando ven una cantidad de cosas inútiles a su alrededor y escaso dinero en sus bolsillos.
En ocasiones, esta será una etapa que pasará y quedará en el olvido. No obstante, otras veces, nos encontraremos con una situación que perdura en el tiempo y que camufla un sufrimiento al que no se le está poniendo solución.
¿Qué deberían hacer los compradores compulsivos? Si no son capaces o no quieren pedir ayuda a un profesional, deben bucear en su interior.
Descubrir qué es lo que les ha llevado a adoptar esta actitud y solucionarla. El gran problema es que mirar a lo que duele escuece, y mucho.
Por eso, siempre intentan huir de eso, en este caso, mediante las compras.
¿Quienes son los compradores compulsivos?
Quizás te estés preguntando si alguna vez has sido un comprador compulsivo o si alguien de tu entorno ha padecido este trastorno impulsivo.
Aquí te dejamos algunos rasgos que caracterizan a las personas que pueden considerarse compradores compulsivos.
1. Compran lo que jamás van a usar
Los compradores compulsivos suelen comprar muchas cosas que no necesitan. Por lo tanto, lo normal es que queden olvidadas y nunca lleguen a usarse.
La sociedad de consumo en la que vivimos mediante anuncios, últimos modelos, y publicidad que te insta a desear lo que sabes que no vas a necesitar, provoca que los compradores compulsivos se vean abocados a las compras más fácilmente.
2. El gasto de dinero supone una ruina
Al igual que una persona ludópata empieza a gastar su dinero hasta llegar a endeudarse, lo mismo ocurre con los compradores compulsivos.
De hecho, es todo un peligro que tengan entre sus manos una tarjeta de crédito. Pueden adquirir deudas con el banco que después no podrán pagar.
3. Las rebajas son todo un aliciente
De la misma manera que los anuncios, las rebajas también son un peligro, ya que los compradores compulsivos se llegan a gastar grandes cantidades de dinero.
El ahorro que estas suponen no lo es tanto cuando se adquieren muchas prendas, complementos y otros objetos que harán que el precio final suba demasiado, más de lo que se pueden permitir.
Los compradores compulsivos, lejos de lo que pueda parecer, tienen una muy baja autoestima. Incluso, en ocasiones, pueden estar sufriendo depresión.
Por eso, es muy importante no pasar por alto los indicios que pueden arrojar luz sobre este trastorno que es casi una conducta autodestructiva.
El comprador compulsivo goza de la compra, pero tras ella su autoestima desploma aún más. Sabe lo que ha hecho, el dinero en su cuenta ha disminuido. No obstante, esta es una conducta impulsiva que no puede evitar.
Estos actos intentan encubrir un dolor muy profundo que hay que tratar de frente. Aunque duela, aunque cueste, es necesario no seguir dándole la espalda.
Todo lo que nos hace sufrir seguirá estando ahí aunque cerremos los ojos para no verlo.
Consecuencias de la compra compulsiva
Tal como indican estudios como el publicado en 2010 en la revista The American Journal of Drug and Alcohol Abuse, la compra compulsiva suele tener consecuencias adversas. Entre ellas, podemos encontrar algunas como:
Deudas financieras sustanciales
Problemas legales
Angustia psicológica (por ejemplo, depresión, sentimientos de culpa)
Conflicto interpersonal
Conflicto marital
Además, según se indica en la investigación, para los compradores compulsivos, el dinero y la posibilidad de comprar podrían considerarse equivalentes a una droga.
Tratamiento para los compradores compulsivos
Según la investigación de la que hablábamos, la terapia cognitivo-conductual podría ser eficaz para este trastorno. En cualquier caso, se debe evaluar la comorbilidad de este trastorno, especialmente en el caso de la depresión.
En resumen, los compradores compulsivos suelen querer escapar de muchas cosas. Sin embargo, lo mejor es consultar con un psicólogo o psiquiatra sobre los síntomas que se puedan presentar, dado que puede resultar complicado salir de este tipo de trastornos por sí solos.