¿Cómo sobrevivir a tu familia en Navidad? Aquí unos grandes consejos para evitar el drama esta temporada.

Si tienen agobios, angustia y calamidad porque en estas épocas tienen que convivir con la suegra del infierno, la cuñada insoportable o con cualquier miembro de su familia que no soportan, mi querida Tere Díaz les trae paz cuentahabientes.

LA GUÍA RÁPIDA DE CÓMO SOBREVIVIR A TU FAMILIA EN NAVIDAD…

Tenemos encima las fiestas decembrinas y junto con ellas el “gusto y el susto” de sentir que también se nos “viene encima” todo el ejército familiar. Acercándose los eventos navideños se hace inevitable el deseo de muchos de poner al día las relaciones “archivadas” a lo largo del año y con tal objetivo promovemos cenas, intercambios, visitas.

Y entre los múltiples festejos esperados parece que uno de los más gratificantes, y también más desafiantes, es la reunión con nuestra propia familia.

La familia acostumbra ser una fuente de apoyo, cariño y diversión, pero al mismo tiempo puede mostrar la otra “cara de la moneda” y desatar en nosotros un ramillete de agobios, enojos, conjuros y ansiedad.

En nuestro diario vivir seguramente alternamos con aquellos familiares con quienes nos sentimos más identificados y cómodos, pero a la hora de los eventos “multitudinarios” caemos en cuenta que tenemos que convivir con “todo el gremio” sin poder escoger con quién sí y con quién no.

Si bien algunas familias promueven más que otras el crecimiento y el bienestar de sus integrantes, todas encarnan una serie de patrones de conducta y de dinámicas relacionales que se reactivan cuando sus miembros se vuelven a juntar.

Sin duda algunas familias que son francamente tóxicas y lastimosas (de ellas escribiré más adelante), pero considero que abusamos del tan trillado término “familias disfuncionales” cuando lo que queremos señalar son algunas actitudes, “locurillas” y acciones de nuestros familiares que nos incomodan y hasta nos llegan a hacer enojar.

Y es que si le “rascamos” un poco, todos vamos a encontrar conductas “raritas” en nuestra parentela, que no por ser “comunes y corrientes” (a veces más corrientes que comunes) son fáciles de entender y manejar.