La contaminación cruzada con gluten puede ser un problema para las personas que han desarrollado celiaquía. En este caso, hasta una pequeña dosis del nutriente generará efectos a nivel gastrointestinal, con sus posteriores síntomas.
Encima, causará daños mayores con el paso del tiempo, por lo que se trata de una situación que se debe evitar a toda costa. Es preciso, para ello, tener en cuenta una serie de precauciones.
Antes de comenzar, hemos de diferenciar entre la sensibilidad no celíaca al gluten y la celiaquía. En el primer caso, se puede llegar a tolerar una cierta cantidad de la proteína en la dieta sin que esto genere inconvenientes.
Sin embargo, cuando hablamos del segundo escenario el cambio dietético ha de ser mucho más estricto. No solo hay que suprimir por completo de la pauta los alimentos con gluten, sino que no se podrán compartir cubiertos, entre otras cosas.
Estrategias para evitar la contaminación cruzada con gluten
A la hora de evitar la contaminación cruzada con gluten, lo primero que hay que tener es orden. No se deben almacenar juntos los alimentos que presentan la proteína en su interior con aquellos que carecen de ella. Lo ideal sería disponer de despensas diferentes, aunque es válido también organizar los alimentos por baldas dependiendo de dicha variable.
Sucede algo parecido con los cubiertos y los utensilios de cocina. No se pueden compartir, por lo que no estaría de más que se guardasen de forma separada. Es cierto que tras el lavado de los mismos desaparece el riesgo, pero en ocasiones mantenerlos en cajones diferentes puede facilitar la tarea y evitar confusiones.
Ahora bien, el punto crítico quizás esté en el propio proceso de cocinado. No se puede utilizar el mismo aceite para freír alimentos sin gluten y alimentos con la proteína, por ejemplo. Tampoco la misma sartén.
Por ello, lo mejor es siempre que las elaboraciones sigan un orden, preparándose primero aquellos platos carentes del nutriente. Se servirán en platos y siempre en primer lugar a los comensales con la enfermedad celíaca.
Medidas higiénicas para evitar contaminaciones con gluten
En ocasiones, algunos restos de gluten pueden quedar en las manos de los manipuladores de alimentos o, también, en la encimera. Por este motivo, habrá que extremar las medidas de higiene para evitar contaminaciones cruzadas.
Se deben lavar las manos con agua y jabón antes y después de la manipulación de alimentos con y sin gluten para evitar, así, que partículas del nutriente pasen de unos comestibles a otros.
El proceso de fregado también ha de ser intensivo. Se puede utilizar un electrodoméstico, pero en el caso de ejecutarlo a mano hay que cerciorarse de que se limpia bien el utensilio en toda su superficie. Con agua y jabón o detergente líquido bastará.
En el caso de secar los cubiertos después con un trapo, conviene mantener una serie de pautas estrictas. Este ha de estar destinado solo a esta función y debe permanecer guardado en un cajón, o ser de un solo uso.
El gluten no causa problemas a todo el mundo
Antes de terminar, hemos de destacar que el gluten es una proteína que no causa problemas a todo el mundo, a pesar del debate generado en los últimos años. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista The Journal of Nutrition. Solamente en personas con enfermedad celíaca está aconsejada la supresión total de los productos que lo contienen en la pauta.
Eso sí, hay un cierto porcentaje de la población que podría experimentar algunos problemas de tipo intestinal tras el consumo de dosis elevadas de dicho elemento. En este caso, hablamos de sensibilidad al gluten no celíaca, según un estudio publicado en Medicina. La fisiopatología no está del todo clara y la tolerancia a la proteína puede variar de unas personas a otras.
De lo que sí existen evidencias recientes es de que la presencia de gluten en la pauta de alimentación podría afectar negativamente a quienes han desarrollado algunas alteraciones relacionadas con el sistema nervioso central. El autismo sería un ejemplo. No está del todo claro, pero por precaución se recomienda limitar la ingesta de la proteína.
Aprende a evitar contaminaciones cruzadas con gluten
Como has visto, existen una serie de estrategias y protocolos que se pueden poner en marcha para evitar contaminaciones cruzadas con gluten. Serán determinantes en el caso de que existan personas que hayan desarrollado enfermedad celíaca entre los convivientes de un mismo núcleo familiar. De este modo, se evitará que la patología vaya a más y que se comprometa la integridad funcional del intestino.
Por último, es preciso destacar que se debe consultar con un especialista antes de tomar la decisión de retirar completamente el gluten de la dieta si no existe un diagnóstico claro. En algunas situaciones, podría resultar perjudicial, ya que se perdería la capacidad del organismo de metabolizar el nutriente a mediano plazo, quedando condicionada así la pauta de alimentación de por vida.