Es momento de eliminar los endulzantes artificiales de tu dieta.

Cuando todo puede salir mal, recuerda que también existe la posibilidad de que podría ir mucho peor. Un ejemplo de esto en términos de la salud, es cuando decides dejar el azúcar de mesa o mascabado para endulzar tus alimentos, por los típicos endulzantes que vienen presentados en pequeños sobres amarillos (sucralosa), verdes (estevia) o algún otro, debido a que habías leído e incluso, porque los profesionales de la medicina y de la nutrición te habían asegurado que según la ciencia, eran mucho más saludables e inofensivos que los que sí poseían calorías aunque fueran artificiales. Es por ello, que ya muchos alimentos y bebidas contienen este tipo de aditivos para dar sabor y se venden como pan caliente debido a que supuestamente, previenen a los consumidores de ganar peso y además, disminuyen su riesgo a padecer enfermedades metabólicas como la diabetes.

Pero no, actualmente hay varias investigaciones que han salido a la luz y que están planteando la posibilidad de que algunos de ellos, sí pudieran tener efectos adicionales a nivel metabólico, debido a ciertos mecanismos que provocan cambios en el microbioma intestinal, es decir, que alteran la integridad de las bacterias benéficas que habitan en tu aparato digestivo.