Si bien el estómago es capaz de pasar el chicle como si nada y hacer que lo expulses, a veces, tragar una gran cantidad de chicle o muchos trozos pequeños durante un periodo corto, puede producir bloqueo del aparato digestivo.
El chicle está hecho con materiales sintéticos, conservantes, saborizantes y endulzantes. El cuerpo absorbe los endulzantes, por lo que si comes mucho chicle puedes terminar consumiendo muchas calorías, pero el aparato digestivo no puede digerir la resina del chicle por lo que el estómago solo la traslada a través del aparato digestivo normal del intestino.
Los niños no deben de mascar chicle, aunque si le vas a ofrecer a uno, es recomendable que sea a partir de los cinco años que es cuando entienden que no es un dulce para comer, sino solo para masticar.
Los chicles son malos ya que dañan los arreglos dentales que tengas y si tienen azúcar puede provocar caries. Este dulce puede ser un problema porque es posible que cause diarrea y la que tiene canela puede irritar el tejido que recubre las encías.
Los doctores aconsejan consumir chicle que no contenga azúcar y no consumir más de uno o dos trozos por día, pero sobre todo, evitar tragarlo.