Los médicos dicen que es recomendable que las personas coman de dos a tres porciones de lácteos al día. Las porciones no deben sobrepasar la ración de 30 a 40 gramos y más cuando se trata de un queso maduro como el Gouda, Manchego o Parmigiano Reggiano, mientras que del fresco puede ser entre los 80 a 90 gramos.
Los quesos pueden ser adictivos porque al digerirlo libera moléculas que hacen que nuestro cerebro genere dopamina, lo que hace que nos sintamos felices. Es algo muy similar a cuando comes un pedazo de chocolate.
Por eso, si abusas de su consumo, es muy probable que comiences a perder el apetito rápidamente, esto por el hecho de que el queso es rico en grasa y hará que lo comas hasta comer grandes cantidades del mismo.
También puede causar sobrepeso, la disminución de anticuerpos, las posibilidades de diabetes, hipertensión por el alto contenido de sal, migrañas o artritis por el alto contenido de proteína de absorción lenta que ayuda a formular musculatura y un sistema inmune fuerte.