Tener más energía durante el día es uno de los grandes lujos del bienestar en 2023. Hemos normalizado el cansancio permanente, pero no debería ser así.

El acelerado ritmo de vida que llevamos –en el que cometemos error tras error en cuanto a bienestar se refiere–, incrementa nuestra carga emocional y provoca esa sensación que se resume en algo así como ‘no me da la vida’.

Estas fuentes nutricionales son importantes para el buen funcionamiento intestinal, pues reducen la hinchazón y alivian el proceso de digestión para un intestino sano.
No existen los milagros, pero en ocasiones pequeños cambios pueden generar grandes mejoras en nuestro bienestar. La nutricionista María Kindelán lo explica en su libro Come para comerte el mundo. ‘No es cuestión de un día; son precisos algunos ingredientes básicos como la atención y la fuerza de voluntad, pero cuando se pone en marcha la intención, la diferencia es tan abismal que merece la pena’, dice.

He aquí pequeños cambios, muchos de ellos relacionados con la alimentación y menos con las vitaminas, que ayudan a tener energía todo el día. Prometido:

Levantarse sin prisa
No se trata de sumarse al club de las 5 am, sino simplemente de no levantarse con prisa porque, tal y como nos explicó la coach Roser de la Tienda, esto estresa. ‘Levantarte antes que todo el mundo, tomarte el café tranquila, bailar una canción con los auriculares puestos, un ratito de mantras tibetanos o dedicarte tiempo exclusivamente para ti mientras los demás duermen, es una buena manera de empezar el día de forma enérgica’, decía. De hecho, los expertos también insisten en no hacer ese viejo truco de darle al botón de repetición de la alarma para dormir 5 minutos más. ¿El problema? Cada vez que lo hacemos nuestro organismo induce picos de cortisol al despertarse de un sueño difuso que confunde mucho al cuerpo. Mejor levantarse a la primera.

Hacer una lista de hábitos
Hemos hablado de los beneficios emocionales que tiene escribir nuestros pensamientos negativos y hacer listas de agradecimiento, pero no de lo que ayuda hacer una lista de hábitos para empezar a tomar conciencia de nuestras necesidades. Así lo explica Kindelán que cuenta en su libro que empezar a hacer esa lista de hábitos y alternativas realistas para superar malas praxis le ayudó a cambiar. ‘Como hábito negativo anoté que dormía menos de 7 horas y como alternativa, junto a esto, que podría adelantar el horario de la cena y dejar algo de trabajo pendiente en la computadora para la mañana siguiente, dejando así el vicio de querer acostarme con todo terminado, que hacía que me dieran las tantas y me desvelara’, explica. Esta lista permite incorporar paulatinamente los cambios y multiplicar la sensación de energía.

No abusar de las ensaladas
Sí, son sanas, pero no se pueden convertir en el recurso rápido y recurrente de nuestro día a día ya que, tal y como explica Kindelán, pueden dejar el cuerpo de frío a insatisfecho, sobre todo en invierno. ‘Me propuse intentar sustituirlas por verduras cocidas y más caldos caseros, purés y guisos de cuchara. Y cuando me quise dar cuenta, poco a poco, había logrado mi objetivo’, dice.

Pasar 20 minutos al aire libre en medio de la jornada laboral
Es cuestión de proponérselo: intentar pasar al aire libre al menos 20 minutos durante la jornada laboral. Y es que, según el psicólogo Richard Ryan, de la Universidad de Rochester, ayuda a recuperar la vitalidad. Lo corroboró después de hacer varios experimentos con más de 500 estudiantes en situaciones dentro y fuera de un edificio y analizar su estado de ánimo. ¿El resultado? Se sentían más vitales cuando salían 20 minutos a tomar el aire.

Establecer un horario para redes sociales
No estamos hablando de hacer un detox digital, sino simplemente de elaborar un sencillo horario de uso de redes sociales y procurar que al final del día el mayor placer sea ver una serie, leer un libro o escribir, sin teléfonos de por medio. Este pequeño detox nos lo explicó Roser de la Tienda y se trata simplemente de desconectar de las redes una vez finalizado el horario del día que dedicamos a ello. ‘Acurrúcate con alguien en el sofá, sirve una copa de vino y sencillamente dedícate ese tiempo para ti como más se te antoje’. No en vano, la conexión permanente con las pantallas provoca agotamiento mental y falta de energía. Está comprobado.

Cuidado con hacer comidas muy ligeras
Esas comidas suelen aportar la sensación de que te estás cuidando, pero pueden ocasionar un desequilibrio y una sensación de insatisfacción que, tal y como explica Kindelán, pueden provocar carencias energéticas y ganas de darse un atracón con carbohidratos refinados. Por eso, la experta propone construir platos sencillos en los que siempre haya algo de quinoa, trigo sarraceno, pasta o arroz integral y una proteína ligera. También por la noche si así lo necesitas.

La regla de las 8 de la tarde
Preparar nuestro cuerpo para descansar es justo y necesario porque tener energía durante el día dependerá de tener un buen sueño. Y eso implica, según Kindelán, trabajar una relajación paulatina con nuestro cuerpo, a partir de las 8 de la tarde, para así ayudar a nuestro organismo a entrar poco a poco en ese estado de relajación. Por eso a partir de ese momento es importante bajar el ritmo, intentar tener una charla relajada, preparar una rutina de sueño, una cena…

Aprovechar la energía en función de sus franjas horarias
Kindelán habla de aplicar el sentido común energético del cuerpo y de adquirir conciencia del ritmo natural del organismo y de sus franjas horarias en el plano energético. Por ejemplo, entre las 9 y las 11 de la mañana es el momento ideal para realizar tareas difíciles y entre las 11 de la mañana y la 1 del mediodía, para explorar y poner en práctica la creatividad.