Una vez que finalizan los meses de verano y el calor extremo deja lugar a la llegada del otoño, ciertos objetos se dejan de usar. En especial, los que se encargan de enfriar las estancias, como los aires acondicionados y los ventiladores. Para realizar un mantenimiento eficiente, es importante seguir estos pasos para limpiar los ventiladores de techo.

El polvo, la mugre y la grasa suelen acumularse en las aspas. En el caso de los ventiladores de pie, la limpieza es similar, aunque más sencilla.

Los ejemplares de techo implican la dificultad de subirse a una escalera y apagar la conexión eléctrica. Ya sea para dejarlos preparados para el invierno o para usarlos como removedores de calor, los siguientes consejos son fundamentales en su conservación.

¿Por qué seguir ciertos pasos para limpiar los ventiladores de techo?

Durante los meses de verano, los ventiladores de techo funcionan de manera constante para refrescar y generar brisa en el ambiente. Aún contando con aire acondicionado, estos electrodomésticos son útiles para remover y distribuir el aire fresco por toda la estancia. Por este motivo, es común que acumulen polvo, mugre y polen en las aspas y en el motor.

Además, si se encuentran instalados en espacios como la cocina, también es posible que se junte grasa en el aparato. Para quitar toda la suciedad y favorecer el mantenimiento, es importante seguir una serie de pasos para limpiar los ventiladores de techo.

Uso durante el invierno

Muchas personas utilizan los ventiladores también durante el invierno, debido a la función que algunos aparatos poseen de invertir el giro de las aspas. Con esta medida, es posible remover el aire caliente de los calefactores que suele acumularse en la parte superior del ambiente.

Por lo tanto, la limpieza de los aparatos es fundamental tanto en verano como en invierno. De esta manera, se logra un mantenimiento que favorece el funcionamiento óptimo en todo el año. Además, se optimiza el consumo eléctrico, ya que la mugre acumulada hace trabajar y consumir más energía al motor.

Herramientas a utilizar

Para conseguir una limpieza eficiente del aparato es conveniente disponer de un conjunto de herramientas y elementos. Se trata de una tarea sencilla, pero que requiere un trabajo preciso y cuidadoso en lo que respecta a la electricidad.

Agua y jabón. Elementos necesarios para la limpieza de los globos de vidrio.

Funda de almohada. Su textura es ideal para eliminar el polvo de las aspas con delicadeza.

Escalera. Los ventiladores de techo suelen estar a alturas considerables. Por lo tanto, una escalera es ideal para llegar a una posición cómoda durante la limpieza.

Productos de limpieza multiusos. Incluyen un componente desengrasante que funciona para retirar la mugre del ventilador.

Solución de vinagre y agua. Como alternativa al producto de limpieza multiusos.

Paño de microfibra. Al igual que la funda de almohada, se trata de una textura ideal para esta rutina de limpieza.

Aire comprimido. En el caso de contar con uno, es útil para remover el polvo que se acumula dentro del motor.

4 pasos para limpiar los ventiladores de techo

Higienizar estos aparatos es una tarea sencilla, pero esencial para garantizar su funcionamiento óptimo, su durabilidad y la limpieza total de la habitación. Un ventilador con las aspas sucias puede distribuir partículas de polvo por toda la estancia. Con los siguientes pasos se puede dejar el objeto limpio, evitando que la suciedad caiga sobre los muebles y el piso.

1. Quitar el polvo de las aspas

El primer paso para dejar un ventilador de techo reluciente es quitar la mugre de las aspas. Acerca una escalera y colócala debajo del aparato, de manera que al subir, quedes en posición cómoda y segura para limpiar. Asegúrate de que el ventilador se encuentre apagado y que la conexión eléctrica esté inactiva.

Una vez en posición, toma la funda de almohada y rocíala con el limpiador o con vinagre y agua. Desliza con suavidad por cada aspa, intentando retirar la mayor cantidad de mugre posible. Al finalizar, pasa un paño de microfibra por los bordes para retirar los restos de suciedad.

2. Bombillas y globos de vidrio

Para este paso en particular es fundamental que la conexión eléctrica esté desactivada. Se trata de higienizar las bombillas y todas las partes que generan luz.

Pasa a cada una el paño de microfibra con delicadeza. Es importante que el mismo se encuentre seco.

Si el aparato cuenta con globos de vidrio, retira y lava con agua y jabón. Asegúrate de que estén bien secos antes de volver a instalarlos.

3. Limpieza de motor

Una higienización efectiva del motor se realiza a través del paño de microfibra. Repasa el mismo con un paño seco e incluye la cadena de tracción.

Si se cuenta con un limpiador de aire comprimido, aplica para eliminar la mugre de la parte interna del motor. Vuelve a colocar todos los componentes y ajusta en la medida necesaria.

4. Aceite lubricante

Algunos aparatos requieren la aplicación de líquido lubricante como último paso de limpieza. Esto evita que, al funcionar, produzca ruidos molestos con el paso del tiempo. En general, el orificio para insertar el aceite se encuentra en la parte superior del motor.

Sin embargo, se debe revisar el manual del fabricante para ubicar el lugar preciso y la cantidad de lubricante que ese aparato requiere. Una vez depositado el líquido, empuja las aspas con suavidad. De esta manera, se distribuye el aceite por todo el motor.

¿Cada cuánto repetir los pasos para limpiar los ventiladores de techo?

En el caso de que el ventilador se utilice también durante los meses fríos, para distribuir el aire cálido, es recomendable limpiarlo cada 2 o 3 meses. Se trata de un período acorde al que, en general, se demora la mugre en acumularse sobre las aspas. Si es notorio que ya se conformó una capa de polvo antes de los 2 meses, realizar la rutina de todas formas.

Lo importante es evitar que las partículas caigan sobre el ambiente mientras el ventilador se encuentra en funcionamiento. Dependiendo de la habitación y de la cantidad de polvo que circula en el hogar, se debe efectuar la higienización con mayor o menor frecuencia.