Somos seres humanos y aunque muchas veces nos gustaría congelar el tiempo y quedarnos ese espacio seguro que de cierta forma nos contiene es imposible. Puede ser que muchas veces no nos guste admitirlo, pero la vida es cíclica y por eso hay que estar dispuestos a cerrar algunas puertas para así poder abrir otras, conocer nuevas realidades y escribir más historias.
Trabaja la confianza
Si crees en ti mismo y en tus capacidades, será mucho más fácil que te atrevas a tomar nuevos retos, que además, ayudarán a tu crecimiento personal. Ten claro que el único que puede limitarte eres tú, por eso es importante que trabajes la autoconfianza y no escuches a esa voz de tu cabeza que algunas veces te traiciona.
Deja de vivir en el pasado
Como bien dicen, el hubiera no existe, por lo que tienes que dejar de vivir atado al pasado. Las experiencias que has vivido ya sean buenas o malas te han convertido en la persona que eres hoy, por eso y para ser capaz de abrir la puerta a nuevas oportunidades es importante que hagas las paces con tu pasado.
Relájate y fluye
Recuerda que todo pasa, por eso es importante vivir al máximo cada una de las etapas que forman parte de tu historia. Si antes de dar un paso importante sientes que el miedo se apodera de ti, recuerda la última vez que hiciste algo por primera vez, ¿cómo salieron las cosas? ¿valió la pena preocuparte tanto? Muy probablemente esto te ayude a relajarte, ver las cosas de forma objetiva y tomar fuerzas para enfrentar cualquier reto.
No trates de controlarlo todo
Hay muchas cosas que están fuera de tu control y tienes que aceptarlo. Aunque en realidad esto tiene su magia, solo es cosa de cambiar la perspectiva y dejarte sorprender. Muchas veces la incertidumbre nos aterra, pero es importante que mantengas los ojos bien abiertos y que te dejes sorprender por los increíbles regalos que se te presentan día con día.