En el marco de las actividades por el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Moni Pizani Orsini, representante de ONU Mujeres en México, advirtió que ningún proyecto de país puede considerarse legítimo mientras la violencia de género siga presente. La funcionaria destacó que la erradicación de estas agresiones debe asumirse como condición indispensable para el desarrollo democrático.

Durante su participación en un acto oficial, Pizani Orsini subrayó que este 25 de noviembre no sólo es un recordatorio simbólico, sino un llamado urgente para fortalecer políticas públicas que protejan a mujeres y niñas en todos los ámbitos. La violencia, dijo, “no es un fenómeno aislado ni inevitable”, sino una problemática que requiere voluntad política sostenida.

La representante internacional reconoció que en México se han impulsado reformas y programas para atender la violencia, pero insistió en que el reto es enorme y debe asumirse desde todos los niveles del Estado. “Acompañaremos al Gobierno federal en cada paso que se traduzca en mayor seguridad para las mujeres”, afirmó.

Asimismo, destacó la importancia de implementar una visión integral que aborde tanto la prevención como la sanción. Para ONU Mujeres, sostuvo, no basta con modificar leyes; es indispensable transformar las estructuras sociales y culturales que permiten que la violencia persista.

Pizani Orsini enfatizó que los esfuerzos deben ir más allá de la administración pública y convocó a la sociedad civil, la iniciativa privada y a la ciudadanía en general a formar parte activa de la construcción de entornos seguros. La corresponsabilidad, subrayó, es clave para garantizar avances reales.

Finalmente, refrendó el compromiso de ONU Mujeres de seguir colaborando de manera estrecha con México. “Nuestra meta es que ninguna mujer viva con miedo y que cada niña crezca en un país que le garantice dignidad y oportunidades”, concluyó.