La activista y luchadora social Rosario Ibarra de Piedra falleció hoy en Monterrey, a los 95 años de edad.

Rosario Piedra Ibarra, su hija y presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, dio a conocer la información y dijo que su madre murió tranquila en compañía suya. Le sobreviven ella y una hermana más. Un hijo falleció de Covid-19 en el 2020 y Jesús se encuentra desaparecido desde 1975.

“La CNDH lamenta el sensible fallecimiento de la luchadora social, Rosario Ibarra de Piedra, madre de nuestra presidenta, de Claudia, Carlos y Jesús esta mañana en la ciudad de Monterrey, Nuevo León”, informó.

Símbolo de la protesta y de la disidencia, doña Rosario nació el 24 de febrero de 1927 en Coahuila.

Ibarra de Piedra inició su activismo en 1974 tras la desaparición de su hijo Jesús, acusado durante el Gobierno del Presidente Luis Echeverría de pertenecer a la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Hasta su muerte se dedicó a la búsqueda de Jesús junto a madres de personas desaparecidas.

En 1977 fundó con otros familiares y mujeres, conocidas como “Las Doñas”, el Comité Eureka.

En octubre del 2019, Ibarra de Piedra fue galardonada en el Senado con la medalla Belisario Domínguez, aunque no acudió a recibirla por motivos de salud.

Encargó a sus hijas dejar la presea en custodia del Presidente Andrés Manuel López Obrador hasta que se esclarezca el paradero de los desaparecidos.

Anteriormente, en el 2005, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal entregó ayer la Medalla al Mérito Ciudadano a la regiomontana, por su lucha para esclarecer las desapariciones en la llamada guerra sucia, en una sesión en que los legisladores panistas abandonaron el pleno y reclamaron favoritismo.

Ex Candidata presidencial, en el 2018 habló a EL NORTE sobre la pandemia de desapariciones en México: “Para los familiares del Comité ¡Eureka! esta es nuestra peor pesadilla. Es lo que siempre quisimos evitar que sucediera. Desafortunadamente aunque nuestra voluntad jamás ha flaqueado nunca hemos tenido la fuerza de las masas. Si así hubiera sido, si la población se hubiera movilizado, no estaríamos lamentándonos hoy de tanto dolor por doquier.

“Pero siempre estamos a tiempo de hacer algo para acabar con este crimen que tanto ha ofendido a la conciencia de la humanidad. Cuando un pueblo está decidido a cambiar las cosas no hay gobierno que lo detenga y mi fe en la humanidad es la que mantiene nuestra esperanza de que algún día borraremos de la faz de la tierra este delito terrible llamado desaparición forzada”.

Los servicios funerarios para Ibarra de Piedra están aún por confirmarse.