La desaceleración de China está teniendo un claro beneficiado en el continente americano: México.

 

Desde que las fábricas chinas, debido a la pandemia y después de la desaceleración, hayan rebajado el volumen de exportaciones a Estados Unidos, las compañías han tenido que buscar nuevas vías para hacerse con cientos de mercancías desde otros rincones del mundo.

 

Las pasadas navidades fueron una de las pruebas de fuego. Si los juguetes no llegaban del país asiático, ¿dónde podrían hacer los pedidos para que llegaran a tiempo? A México.

 

Desde octubre del año anterior la frontera mexicana vio cómo toda una serie de almacenes logísticos y fábricas se establecieron en su territorio con el objetivo de dar respuesta a la demanda norteamericana.

 

Y eso ha supuesto, además, una revolución en la logística y transporte terrestre del país centroamericano. Con la llegada de más mercancía que transitara por sus carreteras, las empresas de transporte han acelerado su digitalización.

 

Más allá de ser capaces de dar seguimiento a camiones y mercancía vía GPS, uno de los grandes avances ha sido, precisamente en este país, la instalación de las mejores dash cams en cabinas.

 

Las denominadas cámaras de tablero han incorporado un sistema de seguridad adicional a los vehículos y flotas que han sido clave para tres puntos básicos: evitar errores de conducción, la disminución de alcances con otros vehículos y de los costes que esto conlleva. ¿Por qué?

 

Desde que las cámaras que se instalan en cabina  graban y almacenan en la nube cualquier imagen que surge después de frenazos, volantazos o acelerones, son muchos los conductores que han extremado las precauciones para evitar problemas con las empresas. Esto, junto con las ayudas de conducción que se suman a este tipo de tecnología, garantiza rutas mucho más optimizadas tras el volante” explican desde Samsara.

 

El hecho de que este tipo de cámaras puedan apuntar tanto dentro como fuera de la cabina está suponiendo toda una revolución de información. De hecho, según explican desde las compañías, la información ha servido no solo para mejorar la conducción de sus trabajadores gracias a detectar los principales hábitos y formar para mejorar y optimizar la conducción y consumo sino también para evitar averías precoces o incluso para ahorrar en combustible gracias a un conocimiento de la forma en la que los vehículos transitan.

 

En este campo ha sido clave la incorporación de la Inteligencia Artificial. Gracias a ella se ha podido dar alerta sobre un conductor que despista su atención de la carretera, detectar incidentes en la vía por la que se transita y avisar previamente al conductor – este es uno de los retos a los que se enfrentarán los gobiernos cuando comiencen a diseñar las llamadas smart roads – y, cómo no, el reconocimiento del conductor para ahorrar trámites y papeleos cuando se pone en el volante.

 

Estos registros, que se podrían automatizar, son el futuro de las aduanas, que podrán conectarse de alguna manera para aligerar los trámites para poder sortear los controles fronterizos de una forma más rápida.