Mientras México prepara su transición a 40 horas semanales para 2030, otros países llevan años demostrando que menos horas no significan menos productividad. Países Bajos lidera con solo 32.2 horas semanales, seguido por Australia (32.8 h) y Noruega (33.9 h), naciones donde el equilibrio vida-trabajo es política de Estado. Estos modelos prueban que reducir horarios aumenta el bienestar sin sacrificar competitividad, un ejemplo que México busca emular.
Francia y Chile: pioneros en reformas laborales
Francia marcó historia al implementar 35 horas semanales en 2022, convirtiéndose en referente europeo. En América Latina, Chile dio un paso audaz al aprobar en 2023 la reducción de 45 a 40 horas en cinco años, mientras Ecuador lleva casi tres décadas con este esquema. Estos casos revelan que la región avanza, aunque con ritmos distintos. México, al fijar el 2030 como meta, enfrenta el reto de acelerar sin descuidar a las pymes.
Con una de las jornadas más largas de la OCDE (48 horas), el plan mexicano llega con retraso frente a naciones como Alemania (34.2 h) o Dinamarca (33 h). Expertos señalan que la resistencia empresarial y la informalidad (57% del empleo) han frenado cambios. Sin embargo, la reforma busca modernizar el mercado laboral, siguiendo la tendencia global que vincula horarios reducidos con mayor innovación y salud mental.
Productividad vs. horas: el mito que se derrumba
Contrario a lo que muchos creen, países con menos horas trabajadas lideran en productividad. Noruega y Dinamarca, con jornadas de 33-34 horas, superan a México en el índice PIB por hora trabajada. La clave está en inversión en tecnología y capacitación, no en extensión horaria. El modelo mexicano deberá aprender esto para no repetir errores del pasado.
La transición a 40 horas para 2030 exigirá políticas complementarias: desde flexibilidad horaria hasta apoyo a pequeñas empresas. El riesgo es que, sin medidas claras, la brecha entre sectores formales e informales crezca. Chile ofrece lecciones: su reforma incluyó subsidios temporales para empleadores. ¿Copiará México estas buenas prácticas?
2030: ¿el año del trabajador mexicano?
Si se implementa bien, la reducción horaria podría revolucionar la calidad de vida en México. Pero el éxito dependerá de diálogo social y visión a largo plazo. Mientras países europeos disfrutan de viernes cortos y vacaciones extensas, México tiene la oportunidad de escribir su propio camino hacia el equilibrio laboral. El reloj ya empezó a correr.