La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) advirtió que las estaciones migratorias y estancias provisionales en México operan bajo condiciones carcelarias, con estructuras que refuerzan un paradigma criminal hacia los migrantes.
En su más reciente informe, la CNDH documentó que estos espacios cuentan con pasillos, filtros, rejas y puertas cerradas con candado, además de problemas graves en infraestructura, seguridad y salubridad. De los 49 refugios oficiales, los peores evaluados fueron los de Huehuetán, Chiapas (21.69 puntos), y Gómez Palacio, Durango (23.33 puntos), mientras que entre los mejor calificados están los de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (67.8 puntos), y La Ventosa, Oaxaca (67.38 puntos).
Las deficiencias incluyen sanitarios sin mantenimiento, ventilación insuficiente, falta de agua caliente y áreas de descanso con chinches y piojos. En varias instalaciones, los migrantes duermen en el piso por falta de espacio. Además, sólo la mitad de las estaciones tienen comedores, por lo que en muchas de ellas los alimentos se consumen en los dormitorios, cerca de los baños, lo que puede generar focos de infección.
A pesar de las denuncias reiteradas, las organizaciones civiles como Sin Fronteras han visto restringido su acceso a las estaciones migratorias, limitando su monitoreo. “El año pasado solo nos dejaron pasar al área de entrevistas, pero las condiciones siguen sin cambios”, señaló Sandra Álvarez, directora general de la organización.
El INM, dirigido por Francisco Garduño, enfrentará este año una reducción presupuestal del 10 por ciento, pasando de mil 898 millones de pesos en 2024 a mil 700 millones en 2025. Esto agrava la crisis de atención en un contexto donde México enfrenta deportaciones masivas desde Estados Unidos.
La CNDH también reveló que el INM es la tercera institución con más quejas por violaciones a derechos humanos, sólo detrás del IMSS y el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, que administra las cárceles federales.