La COP19 de la CITES aprobó una moratoria para la exportación de ejemplares vivos de elefante desde países africanos, lo que afecta principalmente a países como Zimbabue y Namibia, que tienen mercados activos. De 2010 a la fecha, se han vendido 200 elefantes a zoológicos de todo el mundo.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el número de elefantes de bosque disminuyó 86 por ciento en 31 años, mientras que la población de la sabana cayó 60 por ciento en 50 años.
Las principales amenazas para la especie son la caza furtiva para el comercio del marfil y carne, la pérdida y fragmentación del hábitat y el conflicto entre humanos y elefantes.
El pasado 6 de marzo, Namibia anunció que 22 elefantes vivos capturados en la naturaleza habían sido exportados a los Emiratos Árabes Unidos, en medio de una protesta de activistas protectores de animales.
Mientras que, en 2019, Zimbabue concretó la venta de más de 90 elefantes a China y Dubái. El gobierno declaró que el dinero recaudado se utilizaría para los trabajos de conservación de la especie.
En la pasada COP18 de Ginebra, los países Parte de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), aprobaron restringir las exportaciones de elefantes, excepto en “casos excepcionales”, lo que fue aprovechado por algunos para seguir comercializando ejemplares.
Ante la falta de claridad legal, la Unión Europea propuso ahora en Panamá la moratoria, con el fin de establecer un diálogo con la Coalición Africana de Elefantes (AEC), una asociación de más de 30 países africanos, para que se detenga temporalmente el comercio, en tanto se aborda con mayor profundidad el tema.
“Esta decisión histórica protegerá temporalmente a los elefantes, al menos hasta que las Partes de CITES tomen una decisión final”, declaró la Fundación Franz Weber (FFW), que trabaja por la protección de los elefantes africanos desde 1975.
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