La frase es el resumen de una crisis económica para los productores pecuarios del Estado y especialmente de la zona centro, al dar a conocer que en la gran mayoría de los ranchos las zonas destinadas a pastizales están secas.
En estos momentos, son miles de hectáreas que se encuentran en condiciones casi desérticas por la falta de lluvias, por lo cual los ganaderos deben recurrir a la quema de nopal para poder alimentar de alguna manera a los hatos.
“De una o de otra manera es una situación que repercutirá en la economía de los ganaderos”, señalaron sus voceros.
Uno de ellos, Ángel Lara Martínez, productor en la zona centro y líder de la CNC en Tamaulipas, calificó a esta situación como sumamente crítica.
“Está muy complicada, porque la mayoría dependemos al cien por ciento de la lluvia para aprovechar pastos y matorrales”, dijo. Resaltó que la falta de nutrientes en los animales produce pérdida de peso “y a menor masa, menores ganancias”.
Hasta ahora, los pronósticos de lluvia son desalentadores y se prevé una onda de calor que agudizaría la resequedad de los terrenos usados para pastar.