Altamira. – Las tradiciones entre la población altamirense continúan pese al paso de los años, pues adultos mayores, adultos, jóvenes y niños asistieron a los diferentes cementerios que existen en la zona urbana y rural.

Desde el inicio de la semana, las autoridades municipales llevaron a cabo trabajos de mantenimiento en los camposantos, con la finalidad de mantenerlos en óptimas condiciones ante el arribo de personas que acuden a visitar a sus familiares ya difuntos.

Juana López asistió acompañada de sus hijos adolescentes y, mientras limpiaban la tumba de su difunto esposo, se podía escuchar de fondo una canción del regional mexicano, aquella que le gustaba a él.

“Murió hace cuatro años y venimos a visitarlo no solo hoy, sino en su cumpleaños o el Día del Padre, y ahora el 2 de noviembre. Me acompañan mis hijos y mi yerno; estamos limpiando y poniéndole la música que escuchaba”, comentó.

No obstante, los tradicionales altares y arcos del Día de Muertos salieron hasta un 30% más caros. La flor de cempasúchil, la mandarina y la caña aumentaron de precio. Las recientes inundaciones en Veracruz y la alta demanda hicieron que hasta ponerle ofrenda a los abuelitos sea un lujo.

Un altar que costaba mil pesos el año pasado hoy puede llegar a mil 300 o mil 500. Colocar flores en los maceteros de los difuntos también aumentó considerablemente. Y aunque muchas familias mantienen viva la tradición, otras están optando por la versión económica.

Los comerciantes también resienten el golpe, tratando de no espantar a los clientes con precios “de ultratumba”.