Durante el presente año el cielo volvió a abrirse sobre Tamaulipas, dejando intensas lluvias que inundaron calles, llenaron ríos y elevaron los niveles de las lagunas. Sin embargo, mientras el agua corre libremente hacia el mar, un ejemplo de ello es lo que está pasando con el Rio Panuco.
Expertos advierten que el estado sigue sin la infraestructura necesaria para aprovechar este valioso recurso.
El director de Cambio Climático de la Secretaría de Medio Ambiente, Humberto Calderón, señaló que el exceso de lluvia es una oportunidad perdida si no se transforma en una reserva para los tiempos de escasez.
“Las lluvias siempre son buenas, el problema es que se presentan en zonas donde no hay infraestructura para aprovecharlas”, explicó el funcionario.
Calderón destacó que hace poco más de un año el sistema lagunario de Tamaulipas enfrentaba niveles críticos, y hoy ha superado el 130 % de su capacidad, reflejo de la drástica variabilidad climática que vive la región.
“Qué mejor que tuviéramos la infraestructura para almacenar toda esa agua, porque después llegan las temporadas prolongadas de sequía y volvemos a sufrir por falta del recurso”, advirtió.
El funcionario reconoció el esfuerzo conjunto con la Secretaría de Recursos Hidráulicos y Protección Civil para impulsar proyectos de captación pluvial, gestión temprana de riesgos y atención ante eventos meteorológicos extremos.
Mientras tanto, miles de litros de agua dulce se pierden cada día entre los escurrimientos y desbordes. La naturaleza da —pero también quita—, y el reto para Tamaulipas será transformar cada tormenta en esperanza, antes de que la sequía vuelva a golpear con fuerza.