Contra todo pronóstico, los casos de dengue en el sur de Tamaulipas han registrado una sorprendente baja, aun cuando la humedad en Tampico, Madero y Altamira se mantiene en niveles asfixiantes que suelen ser el caldo de cultivo ideal para el mosquito transmisor.

El secretario de Salud estatal, Vicente Joel Hernández Navarro, reveló que las acciones anticipadas y contundentes emprendidas por la dependencia, en coordinación con los municipios, han permitido contener lo que pintaba para convertirse en un brote alarmante.

“De representar más del 70% de los casos, hoy el sur aporta apenas un 14% a nivel estatal”, presumió el funcionario, quien calificó la estrategia como un éxito rotundo.

La receta para frenar al temido mosquito incluyó campañas masivas de descacharrización, destrucción de criaderos y la eliminación de miles de neumáticos, considerados el “hotel cinco estrellas” de los zancudos.

Pero eso no es todo: Tamaulipas cuenta con 40 máquinas de fumigación operando a todo vapor y una inversión de alrededor de 80 millones de pesos anuales para mantener la batalla contra la enfermedad.

Incluso, se autorizó una compra extraordinaria de insecticidas.

Aunque en el sur la amenaza parece estar bajo control, Hernández Navarro advirtió que otras zonas, como Matamoros, comienzan a encender las alarmas con un repunte en los contagios.

Por lo pronto, el sur de Tamaulipas puede presumir que, pese a la humedad sofocante, ha logrado doblegar al dengue con acciones firmes, rápidas y millonarias.