El transporte público en Tamaulipas enfrenta un escenario crítico: cerca de 4 mil concesiones han dejado de operar en la última década, y el Gobierno del Estado confirmó que procederá a su cancelación definitiva como parte de un proceso de depuración y ordenamiento del sector.
El subsecretario del Transporte, Armando Núñez Montelongo, explicó que, aunque en el padrón estatal figuran 19 mil unidades, una parte considerable ya no presta servicio, lo que mantiene rutas desatendidas y genera presión sobre las unidades activas.
El funcionario reconoció además que el servicio arrastra rezagos importantes en modernización. Más de 100 vehículos han sido retirados de circulación recientemente por fallas mecánicas que ponían en riesgo la seguridad de los usuarios, una situación que refleja la precariedad en que opera buena parte del transporte público.
En medio de este panorama, los concesionarios han solicitado un aumento de un peso en la tarifa, alegando que el servicio dejó de ser rentable. No obstante, el gobierno sostiene lo contrario:
“Demostramos que sí es negocio; lo que pasa es que no están cuidando su recaudo. Hay muchas fugas que se van con los operadores. Por ahora no habrá incremento hasta concluir el análisis”, subrayó Núñez Montelongo.
El subsecretario fue claro al señalar que, aunque no se autorizó un ajuste en nueve años, lo que limita exigir renovación de unidades, sí se impondrá estricta supervisión mecánica como condición mínima para operar.
La revisión del padrón y de las condiciones del servicio continuará en los próximos meses, en lo que el gobierno estatal ha calificado como un proceso de “ordenamiento estricto” que, en teoría, debería traducirse en un beneficio directo para los usuarios.