Matamoros, Tamaulipas. – Técnicos ambientales detectaron millones de fragmentos contaminantes tras la explosión del propulsor de un cohete SpaceX en costas del Golfo de México.

Los residuos incluyen caucho, plásticos, aluminio y cilindros metálicos con logotipos de SpaceX, esparcidos en 40 kilómetros de playa en el litoral tamaulipeco.

Especialistas de Conibio Global reportaron tortugas anidando entre los restos, peces muertos por ingesta de plásticos y riesgo elevado para crías de tortuga lora al liberar.

Jesús Elías Ibarra, presidente de la organización, informó que identificaron al menos 15 tanques metálicos, y continúan apareciendo fragmentos cerca de playa Bagdad.

Los residuos, de hasta un centímetro, se confunden con alimento para fauna marina, lo que representa una amenaza directa para especies protegidas del ecosistema.
Incluso pescadores locales avistaron un objeto del tamaño de un tráiler flotando rumbo a la costa, aparentemente parte del cohete siniestrado.

La Profepa convocó una reunión urgente y anunció una visita oficial para verificar los daños ambientales en coordinación con autoridades internacionales.

La procuradora Mariana Boy remitió el caso a Semarnat para contactar al Departamento de Vida Silvestre de Estados Unidos, ante posible responsabilidad compartida.

Organizaciones civiles exigen que SpaceX asuma el costo de la remediación ecológica antes de que se genere una crisis internacional por basura espacial marina.

Los desechos de aluminio, acero y fibra de vidrio no son biodegradables, contradiciendo las versiones que minimizan el impacto ambiental de estos lanzamientos.

Familias pesqueras, especies marinas y turistas enfrentan consecuencias por una contaminación que sigue expandiéndose en la costa de Tamaulipas.