Durante 13 años se ha mantenido como un millonario “elefante blanco”, icono de la corrupción.

Es el “puente roto” ubicado en el kilómetro 31 de la carretera federal Tampico-Mante, que fue inaugurado en diciembre de 2010 por el expresidente Felipe Calderón.

Costó más de 300 millones de pesos y pocos meses después, en junio de 2011, fue clausurado por autoridades de Protección Civil a causa de fallas estructurales.

El puente de manera negligente fue edificado sobre dos lagunas y con la cimentación inadecuada.

La nueva obra está a cargo de la Administración del Sistema Portuario Nacional Altamira (ASIPONA Altamira), organismo responsable no solo del proyecto ejecutivo para su reparación sino también de la inversión total.

El proyecto es resultado de las gestiones realizadas por el gobernador Américo Villarreal Anaya ante el gobierno Federal del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien buscó reactivar la conectividad del puerto industrial con el noreste y facilitar el traslado de mercancías a todo el país.

La obra está proyectada para concluirse a principios del próximo año y será reinaugurada con el nombre “Puente de la Esperanza”.

La nueva obra será un puente de comunicación, seguro, que facilite el movimiento de bienes de consumo y producción, además de incrementar el turismo en la zona, con una mejora económica e industrial para la región.