Con el objetivo de consolidar su liderazgo en materia energética y agroindustrial, Tamaulipas prepara dos proyectos estratégicos: una planta de fertilizantes en Reynosa y el desarrollo de biocombustibles, en especial bioturbosina, combustible clave para la aviación internacional.

Walter Julián Ángel Jiménez, secretario de Energía estatal, detalló que la planta de fertilizantes tendrá una inversión de 1,300 millones de dólares y capacidad para producir 700 mil toneladas anuales.

Durante su construcción se generarán alrededor de mil 500 empleos directos, además de que permitirá cubrir parte del déficit nacional de insumos agrícolas.

En paralelo, el gobierno del estado proyecta una planta de bioturbosina en Valle Hermoso, utilizando sorgo y maíz como materias primas para producir etanol que posteriormente será transformado en combustible aéreo.

“El mercado de la bioturbosina ofrece un alto valor agregado y gran accesibilidad, por lo que se convirtió en una prioridad dentro de la agenda energética de Tamaulipas”, señaló el funcionario.

El análisis técnico contempla un consumo estimado de 400 mil toneladas de granos al año, lo que garantiza la viabilidad económica y el abasto regional. Además, este biocombustible puede reducir hasta en 80% las emisiones de dióxido de carbono frente al queroseno convencional, lo que lo convierte en una opción alineada con las exigencias de la industria aeronáutica mundial.