La ganadería tamaulipeca está a punto de vivir una de las peores tragedias económicas de los últimos veinte años: La pérdida de la mayoría de sus hatos por una venta “de remate” antes de sufrir una mortandad masiva, debido a la muy probable imposibilidad de mantenerlos por los estragos de la sequía.
Ante la que se considera podría ser la peor temporada de “seca” que se prevé para este 2024, los productores pequeños y medianos avizoran como única salida para no quebrar es poner en el mercado a precios desplomados a las reses, debido a que desde ahora ya enfrentan déficit de alimentos y consideran que será peor en el curso de los próximos meses.
En este crítico escenario, el secretario de Organización de la Confederación Nacional de Campesinos, Ángel Lara Martínez, adelantó este panorama al destacar que es muy preocupante la falta de pasto en los ranchos y la escasez de pacas de alimento.
Dijo que la falta de lluvias se han sumado a las cercanas heladas sufridas, malas para el desarrollo pecuario”, por lo que los ganaderos de la zona centro ya están armando un plan emergente
dicha acción.
“Lo grave es que ya son tres años consecutivos de pocas lluvias o de ninguna en algunas partes”, indicó.
Y agregó: ‘Es una cadena, no hay pacas porque no hubo sorgo, no hubo sorgo porque no llovió y no hay pacas porque hay poco grano’; lo grave es que esto seguirá, pues los pronósticos de lluvia son casi nulos para las siguientes semanas e inclusive meses y muchos compañeros dependen totalmente del temporal”.
Puntualizó al resaltar que lo que viene se mira muy complicado; “hasta el momento se ha logrado evitar muertes generalizadas; hay algunos que tienen pasto con riego, pero los pequeños ni siquiera podemos guardar alimento, la vedad nos la estamos viendo muy complicada”.