La ley antitabaco de Tamaulipas parece haberse quedado en el papel, ya que los espacios libres de humo y la regulación sobre la venta y uso de vapeadores continúan sin aplicarse.
A pesar de la prohibición, los ciudadanos no solo fuman en áreas restringidas, sino que incluso utilizan las jardineras de oficinas gubernamentales como ceniceros y violan la norma en plazas públicas, así como en espacios culturales y deportivos.
El Diputado Alberto Moctezuma, integrante de la Comisión de Salud en el Congreso local, reconoció que la falta de capacidad para monitorear todos los espacios públicos permite que estas violaciones pasen desapercibidas.
“No hay capacidad humana para asignar verificadores en todos lados”, admitió Moctezuma, quien previamente dirigió la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS).
El problema no solo radica en la falta de vigilancia, sino también en la protección legal que obtienen los vendedores de vapeadores mediante amparos.
“Hacíamos decomisos, pero ganaban con amparos y se regresaba el producto”, explicó el diputado, destacando la urgencia de medidas más estrictas que ya planea presentar en el Congreso.
Moctezuma advirtió sobre los peligros de los vapeadores, señalando que contienen una mayor cantidad de químicos que el tabaco tradicional, lo que incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, estómago o garganta.
Además, recordó que los elementos de la Guardia Estatal están facultados para llamar la atención a quienes infrinjan la ley antitabaco.
“Tienen que coadyuvar para que se aplique la ley como debe ser”, subrayó el legislador.