El diputado panista Carlos Fernández Altamirano sigue sin aclarar el paradero de más de 92 millones de pesos durante su paso como Director del Instituto del Deporte en el gobierno de Cabeza de Vaca, donde fue acusado de desviar ese monto al equipo de fútbol la “Jaiba Brava”, en presunto contubernio con ocho dependencias.
Lo anterior se señala en la observación de la Auditoría Superior del Estado (ASE) número 1407, sobre el ejercicio fiscal 2018, en el que las facturas para justificar el desvío incluye extraños conceptos, como la difusión de actividades del club.
El origen del recurso observado corresponde a las participaciones federales a entidades federativas, que durante el segundo año de la pasada administración panista, se canalizó al club de fútbol profesional, y no a las secretarías a las que realmente estaba destinado este recurso.
En ese entorno, hubo dependencias como la Secretaría de Bienestar Social (SEBIEN), en ese entonces a cargo del actual diputado federal Gerardo Peña, que también están involucradas al manejar supuestos gastos por miles de pesos, para difundir actividades de este equipo de fútbol soccer, sin comprobarlo fehacientemente.